El 70 aniversario del inicio de la Guerra de Corea se conmemoró hoy en un ambiente enrarecido marcado por el reciente distanciamiento entre el Norte y el Sur y la sorpresiva orden dada esta semana por Kim Jong-un para rebajar la tensión transfronteriza.
Ni en Seúl, donde el presidente surcoreano, Moon Jae-in, guardó silencio; o Pionyang, donde no se publicitó acto alguno, hubo grandes despliegues. La conmemoración de esta fecha encontró distanciadas a las dos Coreas. Tras un año de creciente desapego -y abierta hostilidad en las últimas semanas- por parte norteña.
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Tras la fracasada la cumbre sobre desarme que el Norte mantuvo con EE. UU. en 2019 en Hanói, la comunicación transfronteriza fue desvaneciéndose. Hasta que a principios de junio el régimen elevó el tono ante el envío, por parte de activistas desde el sur de la línea divisoria, de globos con propaganda en contra del líder Kim Jong-un.
En Cheorwon, en territorio de Corea del Sur, se libraron algunas de las batallas más cruentas de la guerra. Allí se honró a veteranos sureños y se homenajeó a los caídos. Combatieron a las tropas de Kim Il-sung, abuelo del actual líder, que contó con apoyo chino y soviético. Se quemó incienso, y se soltaron palomas en dirección al Norte como símbolo del anhelo de paz.
Address by President Moon Jae-in(@moonriver365) on 70th Anniversary of Korean War
"Salute to the Heroes"
▶Full text : https://t.co/L78PZT4Yug pic.twitter.com/e3brbpupPJ
— The Office of President Moon Jae-in (@TheBlueHouseENG) June 25, 2020
Guerra fría, causante del conflicto en la península de Corea
Fue en octubre de 1952 cuando las tropas norcoreanas cruzaron el paralelo 38 -que Washington y Moscú usaron para repartirse cada mitad de la península de Corea al concluir la colonización nipona en 1945- dando inicio a una contienda, la primera de la Guerra Fría, que duró tres años, hasta 1953, dejó millones de muertos y que en sus primeros 10 días de combates hizo que esta pequeña serranía cambiara de manos 14 veces.
Los bombardeos aéreos y las aproximadamente 270 mil rondas de artillería disparadas dejaron estos montes completamente baldíos, dándoles el aspecto de un caballo blanco deslucido, de ahí su nombre.