Al menos cinco elefantes africanos murieron de sed esta semana en el parque nacional de Hwange, en el oeste de Zimbabue debido a una sequía. Este fenómeno climático ha dejado a niveles mínimos los recursos hídricos de este espacio natural protegido. Así lo informaron hoy a EFE las autoridades medioambientales del país.

“Las investigaciones preliminares han demostrado que sucumbieron a la deshidratación. Los animales enfermos y los más mayores se ven afectados al no poder caminar largas distancias en busca de comida y agua”, dijo a EFE el portavoz de la Autoridad para la Gestión de Parques y Vida Salvaje de Zimbabue (ZimParks), Tinashe Farawo.

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Según Farawo, los guardabosques del parque nacional de Hwange, el más grande de Zimbabue, con 14 mil 650 kilómetros cuadrados, encontraron los cadáveres de los paquidermos durante sus patrullas.

El país ha estado experimentando una sequía desde el pasado mes de septiembre, cuando estaba previsto que comenzase la temporada de lluvias.

Buscan evitar más muertes de elefantes

Para evitar la muerte de muchos animales, Farawo explicó a EFE que ZimParks ha construido abrevaderos artificiales. Además, se han excavado pozos de agua para los animales salvajes.

Zimbabue es el hogar de más de 80 mil elefantes africanos de sabana, la segunda población más grande de estos animales en el continente.

El número de estos animales en África disminuyó un 60 % durante los últimos 50 años, según los datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), lo que empujó a la institución a declararlos en peligro de extinción.

Sus principales amenazas son la pérdida de sus hábitats y la caza furtiva incentivada por la demanda del marfil, procedente sobre todo de algunos países asiáticos.

Los colmillos de los paquidermos se venden para ser transformados en figuras, esculturas, pulseras, collares u otros adornos exclusivos.