La andropausia no es ni enfermedad ni defecto, sino simplemente un proceso natural e irreversible, que experimentan los hombres adultos de más de 55 años, edad a partir de la cual disminuye la producción de testosterona, hormona masculina que se produce en los testículos y las glándulas superarenales.
Entre sus principales síntomas, se registran la disminución de la capacidad de concentración, disminución de memoria y de fuerza muscular. También se observan un incremento de la grasa y el cambio en la distribución de la misma en el cuerpo, así como una pérdida de masa ósea, de ahí que se sufra una osteoporosis.
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No obstante, lo más preocupante para los hombres es el descenso tanto del interés como de la potencia sexual. Y como no puede ser de otra manera, el ritmo de sueño se altera, cambia el carácter, surgen depresiones de mayor o menor severidad, y se pierde el interés por las cosas.
Normal, el hombre que creía que el declinar hormonal con los años solo era asunto de mujeres se encuentra en la misma situación, y está lejos de asumir su natural declive, su reloj biológico, la andropausia, que aunque la primera referencia a ella en la literatura médica data de la década de los cuarenta del pasado siglo, no hace mucho tiempo que se está diagnosticando adecuadamente.

¿A qué se debe?
Indudablemente, los cambios orgánicos arriba mencionados influyen en la esfera emocional o psicológica del hombre que se encuentra en esta etapa evolutiva, de ahí que manifieste cambios emotivos y de su estado de ánimo de forma inopinada que podrán ir desde muy leves y progresivos hasta otros muy drásticos e intempestivos.
Y es que a nadie le gusta que llegue este momento, aun cuando los especialistas afirman que desde los 30 años de edad, aproximadamente, los hombres pierden el 10% de testosterona cada década. Esta caída se debe paradójicamente al aumento de la Globulina Transportadora de la Hormona Sexual, que atrapa gran parte de la testosterona y le impide que produzca su efecto en los tejidos del cuerpo.
Cuando se sabe la importancia que tiene esta hormona para el hombre –ayuda a formar proteínas y es esencial para la conducta sexual normal y la erección–, uno se imagina perfectamente el trauma que supone perder tan preciada sustancia.
Aunque los expertos afirman que la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, el exceso de alcohol y tabaco, el consumo de drogas, la disfunción tiroidea, son otros factores que precipitan el inicio de la etapa del climaterio, como también se conoce a la andropausia.

Terapia para la andropausia
La andropausia no tiene cura, aunque consultar regularmente al urólogo permitirá un diagnóstico precoz y el inicio de un tratamiento que puede revertir la situación o retardar su evolución.
La terapia contra la andropausia busca eliminar o suavizar los síntomas y, sobre todo, pretende restaurar las funciones sexuales, puesto que en muchos casos al déficit de testosterona se une, por la edad, a un endurecimiento de las arterias, lo que reduce el flujo sanguíneo en el órgano sexual masculino y hace más problemática la vida sexual.
Tratamiento con testosterona
En la actualidad, el tratamiento masculino se realiza mediante testosterona, pero no está muy extendida, al contrario de lo que ocurre entre las mujeres, que cada vez recurren más a esta clase de terapia. Además, al ser la testosterona una hormona sexual con efecto andrógeno y anabolizante, debe ser utilizada solo cuando lo indica el médico especialista.
Como toda terapia, no está indicada para todos los hombres, en particular aquellos que padecen afecciones como epilepsia, diabetes, cáncer hepático, hipertensión, insuficiencia hepática o renal e insuficiencia cardiaca, y cáncer de próstata. Por lo que se aconseja someterse a exámenes periódicos de próstata durante el tratamiento.
En cualquier caso, siempre nos quedará el apoyo profesional multidisciplinario, que incluye ayuda psicológica para facilitar el desarrollo de aquellas áreas de nuestra personalidad cuya falta de crecimiento pudieran estar incidiendo en nuestras dificultades para enfrentar los retos característicos de esta etapa.