La empresa farmacéutica AstraZeneca reconoció ante un tribunal del Reino Unido que su vacuna contra el COVID-19 podría, en casos muy raros, causar trombosis con trombocitopenia (TTS). Esta admisión se produce luego de una demanda de varias personas que alegaron que la vacuna provocó lesiones graves.

La compañía admitió en 2021, en un artículo publicado que podía existir algún efecto adverso. Sin embargo, no había reconocido que su vacuna pudiera ser la causa. En los documentos judiciales, AstraZeneca admite que la vacuna puede provocar en algunos casos “muy raros, causar TTS”.

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La demanda colectiva agrega que la vacuna provocó una reacción adversa grave en algunas personas. Los demandantes buscan una millonaria compensación económica que puede alcanzar unos 125 millones de dólares.

AztraZeneca en la lucha contra el COVID-19

Las vacunas han sido una pieza fundamenta en la lucha contra el COVID-19 para combatir la pandemia. AstraZeneca es uno de los laboratorios que ha participado en la elaboración de vacunas y la distribución de la misma en todo el mundo.

A pesar de que la demanda nace debido a la reacción adversa del biológico que se inyectó a las personas contra el COVID-19, sus beneficios resultan mayores que los riesgos en la aplicación de la misma.

Aunque el laboratorio admitió los efectos secundarios que podrían desembocar en una trombosis, no significa que su vacuna sea insegura. Esto debido a que es “un efecto raro” secundario solo en algunos casos.