La Basílica de Esquipulas, ícono de la fe cristiana de la región, está sufriendo las restricciones COVID-19. Ante las medidas presidenciales, se encuentra cerrada desde hace un mes.

Por: Roberto Broll.

Miles de peregrinos acuden a la Basílica de Esquipulas cada año. Este 2020 el templo lleva ya cerrado un mes. (Foto: Roberto Broll)

A este templo, que alberga la milagrosa imagen del Cristo Negro, acuden diariamente cientos de peregrinos provenientes de diversas partes del mundo. Hoy, esa situación ha cambiado, debido a las disposiciones presidenciales, pues toda actividad religiosa que involucre aglomeraciones, está prohibida.

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Las medidas, tienen como fin proteger y salvaguardar la vida de los guatemaltecos y, aunque muchos fieles están de acuerdo, extrañan no poder visitar al “negrito”, como algunos le llaman cariñosamente.

Los fieles no han podido llegar a venerar, rezar ni a escuchar misa, derivado de las necesarias medidas contra la pandemia del COVID-19. (Foto: Roberto Broll)

Sin embargo, el efecto va más allá de la religiosidad, pues la Basílica de Esquipulas, brinda sustento a la mayor parte de la población. Esquipulas es una ciudad netamente turística, que recibe a los peregrinos y les brinda diversos atractivos como restaurantes, hoteles, transporte y artesanía, entre otros.

Mientras la situación de las restricciones COVID-19 sigan como hasta ahora, seguramente el templo permanecerá cerrado. No obstante, eso no ha sido impedimento para que, al menos los fieles del departamento de Chiquimula, lleguen ante las rejas del templo a encender velas y elevar plegarias. En todo el país se ha dado esta situación, más evidente en Semana Santa, donde fieles acudían a los templos a colocar flores, carteles y recuerdos, pidiendo por el cese de la pandemia.

Muchos son los fieles que durante Semana Santa llegaron a rezar ante los templos cerrados. La Basílica de Esquipulas no es la excepción. (Foto: Roberto Broll)

Dos veces cerrado desde 1759

La Basílica de Esquipulas, mandada a construir por el primer Arzobispo de Guatemala, Fray Pedro Pardo de Figueroa, como agradecimiento al milagro de salud recibido del Cristo Negro, ha sido lugar de peregrinación desde su construcción en el siglo XVIII. Su arquitecto constructor fue Felipe José de Porres, nieto y miembro de la más afamada dinastía de arquitectos de la época Colonial.

La Basílica de Esquipulas es una joya del Barroco guatemalteco, cada rincón posee detalles llenos de belleza, historia y fe. (Foto: Roberto Broll)

En palabras del actual Abad, padre Héctor Sosa OSB, desde que el templo fue inaugurado solo se tienen registros de 2 cierres del templo. El primer cierre sucedió en el siglo XX, durante la segunda visita del Papa San Juan Pablo II, el 6 de febrero de 1996, pues el Santo Padre estuvo frente a la imagen orando de manera privada.

El segundo cierre y actual, es además el más prolongado, pues ha mantenido al templo cerrado ya por 1 mes. Mientras la vida retorna a su normalidad, sin lugar a dudas los fieles seguirán llegando, tomando eso sí su distancia y medidas de bioseguridad.

Nunca faltará un guatemalteco que llegue a pedirle frente a su blanca Basílica de Esquipulas, que nuevamente socorra a su pueblo y lo libre de esta pandemia mundial.

Siempre habrá un peregrino dando gracias al Cristo Negro de Esquipulas. (Foto: Roberto Broll)