El Gobierno de Belice anunció este sábado que acordó con Guatemala en ayudar para detener el comercio de la guacamaya roja (ara macao) y que puede dejar hasta 4 mil dólares en ventas.

Según funcionarios beliceños, el mercado negro de estos pájaros ocasiona un impacto en la población de aves en la región. De acuerdo con algunos hallazgos, solo existen 1,000 guacamayas rojas en tres países. “Los beliceños se sienten muy orgullosos de nuestros esfuerzos por proteger la vida salvaje de nuestro país”, dijo Rafael Manzanero, director ejecutivo de Amigos por la Conservación y el Desarrollo (FCD, en inglés). Y enfatizó: “la gente desconoce que hay personas ilegalmente vendiendo nuestra fauna y exportándolos a Guatemala”. Manzanero además detalló, que de los 1,000 guacamayos rojos que se creen que hay en tres países, entre ellos Belice, en este país contabilizan 350 de ellos. Sin embargo, hay una disminución por su caza ilegal.

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Ante ello, indicó que existe la posibilidad de que se enmiende la Ley de Protección de Vida Silvestre de Belice e al incluir nuevas penalidades que protejan más y frenen la caza de estas aves.

En esa misma línea, sostuvo que la FDC satisfactoriamente ha puesto en marcha una campaña junto a sus homólogos guatemaltecos para tratar de terminar con este acto ilegal.

Capacitación para equipo técnico en Guatemala

El director ejecutivo de la organización también propuso varios planes para potenciar a un equipo técnico guatemalteco dedicado contra el tráfico ilegal de animales salvajes.

Según explicó, este equipo técnico se dedicaría específicamente recoger información, identificar zonas y rutas donde el tráfico ilegal de animales salvajes ocurre.

Manzanero dijo que desconoce el porqué tantos guacamayos rojos son capturados y vendidos de manera ilegal. Así como el número de personas involucradas en este mercado y cómo operan.

Se cuestionó además la cantidad de vías de transporte que se utilizan para la caza ilegal de animales salvajes y si verdaderamente se quedan en Guatemala o se exportan a otros países.

“Si mientras nuestras intervenciones probablemente funcionen, aún nos hace falta esa metodología que necesitamos hacer, para que así la información que suministramos sea importante”, afirmó Manzanero.