El ex primer ministro británico Boris Johnson reconoció que ni él ni su equipo “atribuyeron suficiente credibilidad” a las proyecciones científicas sobre muertes al inicio de la pandemia. Ni percibieron el riesgo real que planteaba el coronavirus COVID-19.

El antiguo líder conservador declara entre hoy y el jueves ante la investigación oficial de la crisis sanitaria. Esta que preside la exjueza Heather Hallett, que en la segunda de cuatro etapas examina las decisiones de las autoridades.

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Johnson aceptó que su “mentalidad” en enero y febrero de 2020, no registro grado de alarma. Esto “al igual que la mentalidad de la abrumadora mayoría de los ministros y funcionarios en Whitehall”.

“Si realmente nos hubiésemos detenido a pensar en las implicaciones matemáticas de algunos de los pronósticos que se estaban haciendo, y las hubiésemos creído, podríamos haber actuado de manera diferente”, afirmó.

Boris Johnson admite que no habían visto el tema con preocupación

Johnson adujo que “la gente no computó las implicaciones de las cifras”, basadas en lo que estaba sucediendo ya en países como China e Italia, y no se le presentó a él “hasta mucho más tarde como un asunto de preocupación nacional”.

“Deberíamos habernos dado cuenta; deberíamos haberlo hecho, colectivamente, mucho antes. Debería haberme dado cuenta”, dijo.

Johnson ordenó el primer confinamiento en el Reino Unido el 23 de marzo de 2020, lo que varios testigos previos han considerado que fue demasiado tarde.

Previamente, el antiguo líder conservador expresó su pesar por “el dolor y sufrimiento” experimentado por las víctimas del COVID-19 y admitió que su Gobierno cometió errores de los que dijo que se responsabiliza.