El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, publicó este viernes un mensaje en su cuenta de X (antes Twitter) en el que cuestionó a las organizaciones de derechos humanos, medios internacionales y figuras como George Soros. Según Bukele, estas entidades pierden interés en países que logran reducir la violencia.

“Está claro que un país en paz, sin muertos, sin extorsión, sin sangre, sin cadáveres todos los días, sin madres llorando a sus hijos, no es rentable para las ONG de derechos humanos, ni para los medios globalistas, ni para las élites, ni para Soros”, escribió.

El mandatario afirmó que su gestión ha acabado con lo que él llama un “negocio” de la violencia en El Salvador. Además, considera que su país se ha convertido en ejemplo para otros gobiernos en la región.

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El mensaje surge tras una publicación de El Faro sobre presuntos pactos con pandillas

El comentario de Nayib Bukele surgió horas después de que el medio digital El Faro difundiera una entrevista con un líder del Barrio 18 Revolucionarios. En la publicación, el pandillero aseguró que el gobierno salvadoreño pactó con grupos criminales, y que incluso facilitó la salida de algunos líderes del país.

Según El Faro, estas entrevistas fueron realizadas en enero de 2025. Los testimonios, respaldados con video, incluyen detalles sobre cómo las pandillas recibieron instrucciones en el penal de máxima seguridad. Además, sobre los supuestos acuerdos que permitieron el ascenso de Bukele.

La publicación también afirma que el supuesto pacto se rompió luego de un fin de semana sangriento, en marzo de 2022, cuando más asesinaron a más de 80 personas en el país.

Hasta ahora, ni el presidente Bukele ni su equipo han emitido una respuesta directa a la investigación.

Régimen de excepción cumple tres años entre respaldo popular y denuncias

Desde marzo de 2022, El Salvador vive bajo un régimen de excepción impulsado por Nayib Bukele para combatir a las pandillas. La medida ha sido extendida 38 veces por la Asamblea Legislativa, dominada por el oficialismo.

El Gobierno ha reportado la captura de más de 85,900 personas vinculadas a estructuras criminales. Sin embargo, organizaciones de derechos humanos han denunciado miles de casos de abusos, incluyendo detenciones arbitrarias y muertes en custodia.

Pese a las críticas, el régimen de excepción mantiene un alto nivel de aprobación popular debido a la notable reducción de homicidios y delitos relacionados con pandillas.

Diversos analistas aseguran que esta política se ha convertido en el eje principal del gobierno, pero también advierten que podría estar estableciendo un modelo permanente de control social, contrario a lo que debería ser una medida temporal y excepcional.