Cada año, un promedio de 2.000 niñas entre 10 y 14 años se convierten en madres producto de violencia sexual en Guatemala, y el 99 % de los casos queda impune, según un informe presentado este miércoles por la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado (ODHAG).
“La niñez vive bajo un abandono estatal. Además, el sistema judicial y de salud obliga a las niñas embarazadas a convertirse en madres, truncando su proyecto de vida”, explicó la doctora Mirna Montenegro, responsable de la investigación.
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Entre 2022 y 2024, el Ministerio de Salud registró 5.937 partos en niñas de 10 a 14 años, según el informe.

Falta de justicia y apoyo a víctimas
Montenegro señaló que desde 2018, solo el 1 % de los casos fue judicializado. Esto representa unos 100 procesos, sin garantizar condenas contra los agresores.
El informe también advierte que el programa VIDA, diseñado para apoyar a niñas víctimas de violencia sexual, solo atendió a 129 menores en 2024, aunque ese año se reportaron 1.953 embarazos infantiles.
En 2024, las autoridades registraron 3.064 casos de violencia sexual contra menores de 19 años. La mayoría de los ataques ocurrieron contra niñas de 10 a 13 años.
Las regiones más afectadas son Huehuetenango, Alta Verapaz, Quiché y la Ciudad de Guatemala, según datos del Ministerio de Salud. Solo hasta febrero de este año, 1.041 niñas menores de 14 años dieron a luz. Además, 1.005 niñas mestizas también se convirtieron en madres a causa de abusos sexuales.
Montenegro llamó al Estado a implementar medidas integrales para enfrentar esta crisis. Recomendó fortalecer los programas preventivos y mejorar el acceso a la justicia, con el fin de reducir los altos niveles de impunidad en los casos de embarazos infantiles.