Un policía de Londres recibió una cadena perpetua por raptar, violar y asesinar a una mujer de 33 años, que caminaba a su casa.
Wayne Couzens, de 48 años y padre de dos hijos, se enfrenta a la condena más severa que existe en el sistema judicial británico; reservada para los criminales más peligrosos, y pasará el resto de su vida entre rejas. La víctima era Sarah Everard, quien se dirigía a su casa al momento del rapto.
El juez Adrian Fulford describió las circunstancias del caso como “grotescas” y dictaminó, desde el tribunal penal de Old Bailey, que la gravedad era tan “excepcionalmente alta” que justificaba la orden de cadena perpetua.
La tarde del pasado 3 de marzo, tras completar un turno de 12 horas, el oficial de protección diplomática deambuló en un coche por el centro de Londres con el objetivo de “cazar a una mujer solitaria para secuestrarla y violarla”, en palabras del juez.
CCTV evidence shown in the Sarah Everard court case creates a timeline of the night she was abducted and murdered by London policeman Wayne Couzenshttps://t.co/VpGmbhEc6k pic.twitter.com/s5VgC5yMCf
— BBC News (UK) (@BBCNews) September 30, 2021
Así fue como se topó en el barrio de Clapham con Sarah Everard, que volvía andando a casa tras quedar con una amistad a unos 4 kilómetros, un trayecto que nunca llegó a completar.
Policía arrestó a la joven antes de raptarla, violarla y asesinarla en Londres
Según la investigación policial, Couzens pudo haber usado sus credenciales y autoridad como agente para arrestar a la joven; esto por supuestamente quebrantar las restricciones por el coronavirus, en un momento en que el país estaba bajo confinamiento.
Rest in Peace Sarah Everard.
— All On The Board (@allontheboard) September 30, 2021
May heaven be the safe place where you walk freely and without fear,
as you should have been able to do down here.#SarahEverard #RestInPeaceSarahEverard #allontheboard pic.twitter.com/ufNZ2H9Klv
Se la llevó esposada en su vehículo ante la mirada de algunos transeúntes que creyeron ver una detención en lugar de un secuestro. La condujo hasta los alrededores de Kent, a unos 125 kilómetros, donde la violó en una zona boscosa de Ashford; la asesinó estrangulándola con un cinturón reglamentario de policía.
Couzens quemó el cuerpo de Everard y se deshizo de los restos arrojándolos en un estanque cercano; tal como descubrieron los agentes una semana después, con la ayuda de perros rastreadores.
Such a grim day for women pic.twitter.com/dJwnOC4kMM
— Robyn Vinter (@RobynVinter) September 30, 2021
El asesinato desató la furia de las mujeres en el Reino Unido, con numerosas protestas en defensa de calles seguras y libres de machismo, y prendió la mecha del escepticismo contra la policía, envuelta en polémica por cómo trató de disipar las manifestaciones en pleno confinamiento.