El proceso penal por la muerte de Melissa Palacios vuelve a cobrar vigencia en el oriente del país. Esto porque nuevamente se ha entrampado debido a recusaciones, suspicacias y cambio de jueces. Esto  reta al sistema judicial guatemalteco.

Cuatro años después de su deceso, la familia de la víctima demanda justicia. Mientras que los acusados argumentan que no se trató de un asesinato, sino de homicidio en estado de emoción violenta. Es un delito que un juez modificó y su imparcialidad la ponen en tela de duda.

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Las mantas que exigen justicia por la muerte de la joven volvieron a verse en el Juzgado de Primera Instancia Penal de Chiquimula. Allí, se realizaría la audiencia de aceptación de cargos de María Fernanda Bonilla Archila, y de su guardaespaldas José Luis Marroquín Ovalle. Los dos están sindicados de la muerte de Melissa Palacios.

Sin embargo, la diligencia judicial se suspendió. Esto porque los abogados de la familia presentaron una recusaron en contra del juez de Chiquimula. El argumento fue que existían dudas de su imparcialidad en este proceso.

El asesinato de Melissa Palacios ocurrió hace cuatro años

En julio de 2021, se reportó la desaparición de Melissa Palacios. Un día después localizaron su cuerpo en un terreno baldío de la aldea La Palma, en Río Hondo, Zacapa.

Las pesquisas incriminaron a María Fernanda Bonilla Archila, así como a su guardaespaldas José Luis Marroquín Ovalle, quienes fueron capturados debido a unos mensajes de texto que los vinculaban al crimen. El juez de Zacapa, a cargo del caso, no aceptó todas las pruebas presentadas por el Ministerio Público y decidió cambiar el delito de asesinato por el de homicidio en estado de emoción violenta, el que contempla una pena menor.

El juez que benefició a los sindicados fue removido por dudas en su imparcialidad y el MP pidió que el proceso se ventilara en un juzgado de alto impacto de la capital, petición que no fue aceptada por la Cámara Penal. Ahora el caso se desarrolla en Chiquimula, donde salen a relucir las suspicacias sobre los beneficios otorgados a Bonilla y su guardaespaldas.

Menos años

Aunque lo negaron, en la audiencia suspendida los dos acusados aceptarían los cargos de homicidio en estado de emoción violenta, lo que reduciría la posible sentencia condenatoria. Previo a la audiencia se registraron incidentes que involucraron a la familia de Bonilla, mientras que las mantas en demanda de justicia fueron colocadas afuera de la judicatura.