No es una equivocación de redacción o deducción literaria. La Santa Iglesia Catedral Metropolitana de Santiago en la ciudad de Guatemala, es basílica. Esto, fundamentado en documentos eclesiásticos fidedignos.

Por: Archicofradía del Santísimo Sacramento en Guatemala.

Frecuentemente escuchamos de diversas personas, tanto académicas como devotas, que “En la República de Guatemala sólo hay dos Basílicas, nunca hubo otra y no puede existir alguna más”. Sin embargo, esa no es la realidad. Tal como el título de esta crónica lo expresa, existe una Basílica en honor a Santiago en el territorio nacional.

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El término “Basílica”, significa Palacio o Casa del Rey, utilizado para referirse a la Catedral Metropolitana en 1879, al celebrarse el novenario conmemorativo por el XXV aniversario de la definición dogmática de la Primera y Principal Patrona de la República de Guatemala. Antes del Decreto de Basílicas de 1968, no se requería de un documento pontificio para que un templo obtuviera dicho título.

Catedral como triple basílica. (Foto: ASS)

En 1902 el Cronista Jesús Fernández la llama poéticamente “Triple Basílica” dando a conocer que en 1888 Mons. Ricardo Casanova consiguió que la Catedral fuese agregada a la Basílica Liberiana, siendo la tercera unión a una basílica romana, pues ya estaba adscrita a las Basílicas de Letrán y San Pedro.

El 23 de julio de 1910, la Iglesia de Guatemala celebró el cincuenta aniversario de consagración de la “Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de Santiago de Guatemala”. Presidió Mons. Juan Cagliero, Arzobispo Titular de Sebaste y Delegado de San Pío X en Centro América, acompañado por el Arzobispo Metropolitano de Guatemala y Primado de la América Central. El uso del título basilical en presencia de un representante del Papa muestra que el Arzobispo lo utilizaba con toda legalidad.

Interiores en Catedral. (Foto: Ramael Sosa)

Término Basílica de la Catedral cae en desuso

Con el paso de los años, se dejó de utilizar el título de Basílica por ser únicamente honorífico y no jerárquico. Se prefirió llamarla únicamente “Catedral de Guatemala”, pues era la única en la República y al mismo tiempo la primera Metropolitana de toda Centro América. No pasaba lo mismo con el término basilical, con el cual también eran nombrados lo templos conventuales de La Merced y San Francisco. De esta manera, al llamarla “Catedral” se exaltaba su dominio sobre cualquier otra Basílica en la Arquidiócesis.

En nuestra época, las agregaciones a las basílicas romanas de nuestra Catedral han queda casi en total olvido. A esto se añade que la Catedral posee una indulgencia más antigua que le da incluso mayor realce que las agregaciones basilicales, pues le fue otorgada en honor a su Patrono Titular. Según el Lic. Agustín Estrada Monroy, en 1551 quedó adscrita a la Catedral de Santiago de Compostela, gozando de todos los privilegios de dicho templo español, pues cada vez que el 25 de julio cae en domingo, hay Año Santo Jacobeo en ambas Catedrales.

Apóstol Santiago, patrono de Catedral. (Foto: Ramael Sosa)

Al cumplirse 160 años de la consagración de la Catedral, es de suma importancia compartir estos aspectos de su historia; recordando que nuestra confraternidad está erigida sobre el templo catedralicio. Cómo miembros de la Iglesia Católica y como ciudadanos guatemaltecos tenemos una doble responsabilidad de proteger nuestro patrimonio eclesiástico y cultural. Es el pueblo el primero a quien corresponde la obligación de recordar, defender y promover su fe y su historia.

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