La organización humanitaria internacional Acción Contra el Hambre informó que los efectos de Eta e Iota en centroamerica aún son evidentes.

En la región miles de personas todavía están aisladas y varias comunidades están inundadas.

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El director de Acción Contra el Hambre en Centroamérica, Miguel Ángel García, dijo que la propia geología de la región ocasionó las inundaciones y dejó incomunicados a varios poblados.

“Ese fue el principal obstáculo para el apoyo humanitario”, la geografía de la región, “por lo inaccesible de algunos lugares”, aseguró García.

En toda la región, Eta causó entre el 1 y 7 de noviembre al menos 144 muertos, 120 desaparecidos y tres millones de personas afectadas.

Y días después, cuando todavía la situación era crítica, llegó Iota, que causó al menos 26 muertos y miles de evacuados en el istmo.

Aún es temprano para estimar los daños totales, principalmente en lo económico, pero García indicó que el orden de afectación lo encabeza Honduras, seguido de Nicaragua y luego por Guatemala.

En Guatemala está la particularidad de Alta Verapaz, uno de los departamentos más afectados y que cuenta “con los más altos índices de pobreza del país”, dijo.

En Alta Verapaz, la comunidad Quejá prácticamente desapareció debido a un deslizamiento de tierra que se llevó 150 casas y soterró a casi un centenar de personas.

La gestión de los gobiernos

De los tres países de la región más afectados: Nicaragua, Honduras y Guatemala, fue el primero de el que logró “un trabajo previo de evacuación”.

En cambio, “en Guatemala y Honduras ha habido más dificultades porque se podría decir que (Eta) ha sorprendido”.

Un desastre de esta magnitud superó “las capacidades de preparación que se tenían”, en opinión de García.