Las autoridades chinas decretaron el confinamiento durante una semana de la localidad meridional de Ruili, fronteriza con Birmania; después de que se detectasen seis nuevos contagios locales de covid y tres casos asintomáticos.

Según el diario digital Shine, de los seis casos confirmados, cinco son ciudadanos chinos y uno birmano; mientras que los tres asintomáticos -Pekín no los incluye en su balance de contagios hasta que muestran síntomas- provienen del país vecino.

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La última vez que China había anunciado un contagio local fue en el parte publicado el pasado 27 de marzo.

La ciudad de Ruili, situada en la provincia de Yunnan, exigió a todos sus habitantes que se queden en sus casas durante una semana; y anunció que llevará a cabo pruebas de COVID-19 gratuitas a toda la población, que asciende a más de 210 mil personas.

Asimismo, se decretó el cierre de todos los negocios excepto los supermercados, los mercados de alimentos y las farmacias, y se permitirá que una persona salga de cada hogar al día para efectuar compras necesarias.

China se preocupa por el rebrote de casos de COVID-19 en su frontera con Birmania

Según el diario oficial Global Times, el puesto fronterizo de Jiegao, que une por un puente los dos países, ha sido cerrado hasta nuevo aviso.

Aunque no hay confirmación por parte de las autoridades al respecto, ese rotativo apunta a “contrabandistas” como posibles causantes del rebrote.

La ciudad sí que ha anunciado una campaña para evitar la inmigración ilegal a través de la frontera que la municipalidad comparte con Birmania; y penalizar a quien la organice o participe de ella.