China emprendió campañas de test masivos y decretó confinamientos parciales en varias ciudades del país. Esto con el objetivo de combatir los últimos rebrotes que han causado ya más de 300 infectados.

El alto contagio de la variante delta está poniendo a prueba las medidas de control y prevención de las autoridades chinas para frenar el COVID-19. Aunque los expertos locales confían en que la tasa de vacunación y la experiencia acumulada hasta ahora impidan un rebrote a gran escala.

Lee también:  China asegura que la vacuna CoronaVac es segura en niños y adolescentes

Estas medidas pasan por realizar, en cuanto se considere necesario, rondas de test masivos en cortos periodos de tiempo y en confinamientos selectivos. Esto se llevaría a cabo en aquellas zonas en las que se detecten casos para trazarlos, aislarlos y obstaculizar la propagación del virus.

Entre las ciudades que ya han emprendido pruebas a todos sus residentes se encuentra Wuhan. Lugar en el que se notificaron los primeros contagios de COVID-19 a finales de 2019 y que llevaba desde junio de 2020 sin presentar infecciones locales.

Las autoridades, que tomaron la decisión tras detectar tan solo tres casos domésticos y cinco asintomáticos, también decretaron el confinamiento parcial del barrio de Zhuankou. Este ahora es un lugar considerado de “riesgo medio” según una circular emitida por la comisión sanitaria local.

Restricciones en toda China por rebrotes

En los últimos diez días, se han detectado en China más de 380 casos locales a raíz de un brote en el aeropuerto de Nankín. Este originado, según las autoridades, por la limpieza sin protección adecuada de un avión de Air China procedente de Rusia en el que viajaba una persona infectada.

Los rebrotes han alcanzado a diferentes provincias, con casos notificados en Hunan (6), Hubei (3), Henan (2), Yunnan (2) y Fujian (1). Además de Pekín (1) y Shanghái (1), ciudad que tampoco registraba un caso por transmisión local desde hacía seis meses.

No obstante, este último positivo no está relacionado con el rebrote de Nankín, asociado a la variante delta, de acuerdo con las autoridades locales. Las cuales han ordenado realizar test masivos a todos los empleados del Aeropuerto Internacional de Pudong.

Por su parte, la capital china ha confinado complejos residenciales en dos distritos y restringido la entrada a la ciudad de personas procedentes de zonas consideradas de riesgo para así protegerse de los rebrotes. Mientras que otras localidades como Nankín y Zhengzhou, en Henan, también están realizando pruebas a todos sus habitantes.

Asimismo, la ciudad de Yangzhou, en Jiangsu, anunció confinamientos en todos los complejos residenciales situados en áreas urbanas tras confirmar 94 casos en los últimos días. Mientras que en Zhangjiajie las autoridades han ordenado a residentes y viajeros que no abandonen la ciudad tras confirmarse 13 casos y 3 asintomáticos.

Casos detectados en aeropuertos

Los más de 300 contagios quintuplican la cifra de infecciones locales registradas en los últimos cinco meses, según Xinhua. Lo que ha hecho saltar las alarmas en China dada la estricta estrategia preventiva del país contra el COVID-19.

El país asiático mantiene también cerradas sus fronteras para limitar la entrada de casos “importados” del exterior.

Desde que comenzó la pandemia se han registrado un total de 93 mil 193 positivos por coronavirus, según los datos oficiales.

Por otra parte, el país ha administrado ya 1 mil 689 millones de dosis de vacunas contra el COVID-19, según la Comisión Nacional de Salud. Sin embargo no publica datos de cuántas personas han recibido la pauta completa de vacunación.

Aunque las vacunas no han impedido el avance de la variante delta, no se han registrado nuevos fallecimientos y solo hay 24 casos graves de entre los 1 mil 157 contagiados ahora activos en China.

Según declaró recientemente a la prensa local el epidemiólogo chino Zhong Nanshan, la variante delta hace que China necesite inocular al 83,3% de su población, de 1 mil 411 millones de personas, para lograr la inmunidad de rebaño.