Ersin Tatar, hasta ahora primer ministro y la voz de Erdogan en el norte de Chipre, ganó las elecciones gracias al voto de los cerca de 200 mil turcochipriotas llamados a votar en un territorio ocupado por tropas turcas desde 1974.

El político nacionalista, líder del derechista Partido de Unidad Nacional, PUN, obtuvo en la segunda vuelta el 51,74 % de los votos y revalidó así su victoria de la primera vuelta, mientras que el hasta ahora presidente, el centroizquierdista Mustafá Akinci, quien acudió como independiente, reunió el 48,26 %.

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Tras admitir su derrota, Akinci anunció su retirada de la política de Chipre tras 45 años de actividad.

Tatar agradeció al presidente de Turquía Recep Erdogan su apoyo; y adelantó que defenderá con firmeza los intereses turcochipriotas en la mesa de negociaciones sobre el futuro de la isla, donde, dijo, deberá respetarse la voluntad del pueblo turcochipriota de vivir “con independencia y dignidad.

La reunificación de Chipre se aleja

Con su decisión de apoyar a Tatar, los turcochipriotas han apostado por un mayor acercamiento aún hacia Ankara, que había respaldado abiertamente a este candidato.

En lo que respecta al futuro de esta isla dividida, Tatar defiende la creación de una confederación entre las dos comunidades; o directamente la separación definitiva de Chipre y la creación de dos Estados.

Akinci, por el contrario, era partidario de darle una nueva oportunidad a la reunificación de la isla con una solución bicomunal, bifederal. Con plena igualdad política para ambas comunidades; el modelo que se llevaba negociando desde hace décadas y que Tatar había dado por fracasado.

La ONU, que auspicia el proceso de paz, anunció antes de las elecciones su intención de reanudar las negociaciones, interrumpidas en verano de 2017, tras este proceso electoral.

En principio la idea era retomar las negociaciones donde habían quedado entonces, es decir, con la idea de crear una federación y no una confederación.

Sin embargo, algunos periodistas turcochipriotas comentaban en redes sociales nada mas conocerse los resultados que la elección de Tatar va a complicar estas negociaciones.

Recursos naturales, la lucha por el control de la isla

En los últimos meses el Gobierno de Erdogan ha exigido compartir con los grecochipriotas los recursos energéticos que se presuponen en aguas que rodean a la isla, y ha enviado repetidamente buques exploradores a una zona que Chipre considera de su jurisdicción. Acciones similares las ha hecho en aguas que reclama Grecia.

El presidente de Chipre, Nikos Anastasiadis, ha asegurado que está dispuesto a compartir las fuentes energéticas tan solo una vez solucionado el conflicto chipriota.

La participación alcanzó el 67,3 %, cinco puntos por encima de la de 2015, a pesar de las circunstancias adversas derivadas del coronavirus.