Taller ACÁ realizó el libro Ciudad Barranco, a partir de una investigación que se llevó a cabo en el año 2015, en la búsqueda de invertir la mirada hacia los barrancos; espacios naturales que rodean la ciudad y que tienen el potencial de transformar y mejorar la vida de sus habitantes desde diversas perspectivas.

Para poder ampliar la mirada, se organizó un conversatorio en el Centro Cultural de España el pasado 23 de noviembre del 2022 con seis participantes que compartieron su particular visión sobre los barrancos a partir de las diferentes especialidades que dominan. Aquí recopilamos las principales ideas plasmadas por cada participante.

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La mirada del barranco

Gabriel Rodríguez (Artista y Curador de arte)

Gabriel inició la conversación dirigiendo la mirada del barranco como un ente político y forma varias propuestas alrededor de la idea, nos dice lo siguiente:

  • Proponer el barranco como ente político con la capacidad de agencia para revertir la noción de ciudadanía.
  • Proponer el barranco como el último refugio, último ente político que evitó que la trama urbana creciera.
  • Proponer el barranco como una enseñanza ético política.
  • Proponer el barranco como ente que puede por medio de nosotros tener agencia política.

Por otro lado, Gabriel también invierte el barranco de un abismo a una fuente de vida: En un barranco ¿Bajamos o subimos?

Esta idea del barranco como abismo lo ha llenado de una energía/pulsión hacia la muerte, hacia algo catastrófico, hacia un fin. Imaginemos esa cantidad de energía acumulada como un imán. Pero este no es abismo, es desde donde comienza la vida, lo orgánico nace desde abajo.

Desde abajo surgen las hierbas medicinales, surgen los árboles frutales. Surgen todas las plantas que con su fotosíntesis nos dan vida.

Diseño biofílico

Andrés Prera (Arquitecto)

Andrés Prera continúa la conversación con la idea del diseño biofílico, como una solución a la ruptura entre la relación del ser humano y la naturaleza con el incremento de la urbanización, estas son las ideas que nos menciona: Somos una parte de este todo ser natural coexistiendo con flora y fauna. En el proceso nos volvimos seres humanos urbanos y de alguna manera el crecimiento poblacional y las migraciones a la ciudad nos hacen perdernos de nuestros orígenes naturales.

El clima y la cultura definen una realidad que se aplica a la arquitectura, buscando interacciones entre el ser humano, la naturaleza y el entorno construido. Las ciudades le quitaron el espacio a superficies naturales y se han ido comiendo los barrancos, lagos y ríos.

Como seres humanos somos biofílicos de naturaleza y de origen, está impreso en nuestro ADN, bios es vida, filia es atracción, buscamos esta relación consciente o inconscientemente en los entornos naturales. Habitamos espacios donde no preferimos estar, y las brechas entre los espacios naturales y los construidos por los humanos cada vez son más amplias. Aplicando los 14 patrones de diseño biofílico definidos por “Terrapin Bright Green” a la arquitectura de una construcción o una ciudad nos permite cerrar la brecha entre la sensación de naturaleza y el espacio habitable.

Barrancos, una arquitectura política

Melanie Ford (Antropóloga)

Melanie Ford comparte sus experiencias y aprendizajes participando en proyectos comunitarios ejecutados en los barrancos: Cuando pensamos en la conservación urbana de los barrancos, existe la intención de construirlos como un paisaje unificado. Sin embargo, muchas personas ven a las comunidades como la antítesis de la conservación urbana.

Gracias a mi participación en ciertos proyectos -como el mapeo participativo de las comunidades bajo el Puente Belice y la construcción de pozos en las faldas de otro barranco en Chinautla- comprendí que las comunidades a menudo utilizan el mismo vocabulario, pero este no siempre representa las mismas experiencias. Mientras que las “gradas” encontradas en una comunidad se referían a gradas típicas de concreto… En otra comunidad, las gradas hacían referencia a grandes mesetas de terreno que se habían construido en la pendiente para proteger las casas de los deslizamientos frecuentes.

En este sentido, las comunidades no son las productoras de ambientes insostenibles sino herederas de una planificación que no las integra en el desarrollo de los barrancos, más bien les ve como un obstáculo para la conservación.

Intercambio

Esto obliga a las comunidades a diseñar sus propias soluciones, pero se ven orilladas a continuar existiendo entre la precariedad ambiental y la pobreza, condiciones que a veces se ven agravadas por un ambientalismo que intenta imaginar los barrancos sin las comunidades que ya existen dentro de estos espacios. En estos momentos de intercambio, los residentes me enseñaron algo importante: las intervenciones en el paisaje, como las gradas, surgen a través del tiempo como un registro territorial que responden a las condiciones geográficas, políticas e históricas.

Entonces, la cuestión de renacer desde la naturaleza podría ser más bien renacer a partir de las distintas naturalezas, un renacer en el que convergen el ensamblaje de la historia, la política y la gente que ha luchado para conformar cada barranco.

Parques, naturaleza en la ciudad

Ninotchka Matute (Arquitecta)

Ninotchka Matute nos presenta la propuesta de los barrancos como parques que conecten la ciudad y la cultura: Existe alrededor de la ciudad de Guatemala un cinturón que rodea la ciudad y la penetra con sus dedos verdes. Ese cinturón verde representa el 42% del territorio y está conformado por los barrancos urbanos.

El verde se entrelaza con el gris del concreto. Los barrancos enmarcan la modernidad, el progreso de la ciudad, pero… Los barrancos también se entrelazan entre los caseríos abigarrados de los asentamientos, su presencia verde serpentea y se cuela por todos lados, como un catalizador.

La carencia, la precariedad y el riesgo están siempre presentes en las laderas de los barrancos. Sin embargo, y a pesar de todo, los barrancos son verde, son vida y son ecosistemas vivos dispuestos a sanarnos.

Los barrancos también pueden ser parques, espacios de encuentro, de convivencia y de disfrute para la observación de la maravillosa biodiversidad que existe en estos ecosistemas naturales.

Los maravillosos e inesperados espacios dentro de los barrancos nos permiten generar lazos de encuentro y convivencia entre diferentes realidades. El arte en todas sus expresiones puede ser parte de una agenda cultural y de encuentro para el circuito de parques que los barrancos pueden alojar, podríamos de hecho soñar en tener “la temporada cultural anual en los barrancos.”

Los barrancos nos permiten construir puentes verdaderos que nos unan y reúnan caminando o en bicicleta y puentes sociales que nos permitan reconstruirnos como seres humanos habitantes de un mismo territorio, nuestra CIUDAD.

El último refugio natural urbano

Vivian Hurtado (Ing. Ambiental)

Vivian Hurtado nos acerca a la diversidad de vida que existen en los barrancos y la posibilidad de conocer esta biodiversidad al visitarlos, así como los servicios ecosistémicos que estos nos brindan: La geografía y relieves del país permite que exista una gran diversidad de microhábitats y riqueza natural en el territorio. Por otro lado, al definir un barranco como un precipicio o una grieta profunda, tendemos a pensar que un barranco es un sitio abandonado e inhabitable. Sin embargo, la vida por donde quiera crece y ciertamente los barrancos no son una excepción. Los barrancos en la ciudad nos extienden una invitación a recuperar este vínculo sin ir muy lejos.

Seguro todos hemos escuchado, “Guatemala, un país megadiverso”. Pero, ¿cuántas de estas especies podemos reconocer?, viviendo entre edificios será muy difícil contestar a esta pregunta, pero visitando los barrancos seguro comenzaremos a hallar las respuestas.

Los barrancos son una posibilidad de recordar a otros seres vivos que quizá hemos olvidado o nunca hemos conocido y que sin la conservación de estos espacios, quizá jamás conozcamos como la rana Plectrohyla guatemalensis que se encuentra en peligro de extinción y se ha avistado en un barranco de Mixco.

Los barrancos también tienen funciones importantes como ser el refugio de variedad de especies, contribuir al ciclo hidrológico y abastecimiento de agua -Este es el caso de la cordillera Alux que es la principal fuente de abastecimiento de agua para la región metropolitana- y el ciclo de carbono. Son nuestras últimas extensiones verdes que mantienen los ciclos naturales y los últimos refugios de la biodiversidad en la ciudad.

Ciudad barranco

Jorge Villatoro (Arquitecto)

Finalmente, Jorge Villatoro presenta las ideas principales abordadas en el libro Ciudad Barranco, a partir de la investigación realizada: Ciudad Barranco se presenta como un Análisis estratégico de potencialidad y economía territorial de los barrancos del Municipio de Guatemala como herramienta para la sostenibilidad en los asentamientos humanos;  se centra en el análisis y la clasificación de los barrancos que delimitan la mancha de crecimiento urbano de la Ciudad Capital en el Municipio de Guatemala, a partir de un punto de vista estratégico y con la finalidad de evidenciar las potencialidades urbanas que éste territorio posee con relación al funcionamiento o metabolismo urbano de la ciudad misma.

La investigación considera a los barrancos como un “capital-territorial” necesario de valorar a través de políticas públicas innovadoras, que permitan su integración a la productividad, el metabolismo y la economía urbana. Principalmente, al reconocer que en el municipio de Guatemala, el 41% de su territorio son barrancos y más del 80% de éstos son propiedad privada, con latentes retos y presiones sociales en la planificación actual.

La Investigación fue avalada y financiada por la Dirección General de Investigación (DIGI) de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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