Jon Kabat Zinn (1990) define al Mindful eating como “Prestar atención de una manera especial: intencionadamente, en el momento presente y sin juzgar”.

Cuando hablamos de mindfulness nos referimos a la capacidad de “ser y estar” en el momento presente; implica que “intencionalmente” vamos a prestar atención a lo que estamos haciendo y percatarnos de qué estamos sintiendo y pensando en ese preciso momento, en palabras sencillas, es una capacidad de llevar nuestra atención al momento presente, permitiéndonos experimentar y sin juzgarnos.

Entonces, cuando esta capacidad la dirigimos al acto de comer estamos hablando de mindful eating, en español conocido como alimentación consciente.

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Y ¿cómo lo logramos?

Poniendo nuestros cinco sentidos en la comida y para ello hay ejercicios que nos ayudan a ir adquiriendo poco a poco experiencia.

Se refiere a la intención de prestar atención al momento de comer sin criticarnos: ¿qué estamos sintiendo corporalmente?, ¿qué estamos pensando al comer?, y ¿qué emociones nos producen los alimentos que estamos comiendo?

Está demostrado que cuando comemos con atención plena, somos conscientes de lo que vamos a escoger para comer, sabemos cuándo tenemos hambre y cuando nos llenamos, comemos con la intención de mejorar nuestra salud “integral”, podemos saborear lo que comemos, logramos ver la diferencia de hambre física y hambre emocional; y todo esto nos lleva a tener satisfacción con nuestras comidas.

Con ello podemos darnos cuenta que aplicar Mindful eating en nuestra vida puede ayudarnos a mejorar nuestra calidad de vida.

Hay que dejar claro que Mindful eating nada tiene que ver con la metodología de “dietas restrictivas, tampoco es un reto de pérdida de peso; ni mucho menos un antes y después (dirigido al aspecto físico); mindful eating no es un “prohibido ni permitido”, no es un enfoque dirigido a la pérdida de peso; y nada tiene que ver con cantidades de alimentos ni calorías.

Qué busca el Mindful eating

Mindful eating busca que el paciente cuide su salud porque lo merece y no porque se lo imponen, acompaña al paciente a que regrese a su conexión corporal, brinda un camino de aprendizaje para que la persona llegue a tener una relación sana con la comida.

Mindful eating nada tiene que ver con “resignarse”, o que el profesional de la salud abandone al paciente; todo lo contrario, con mindful eating el paciente se va haciendo cada día más consciente de lo que su cuerpo necesita; aprende a “autocuidarse” y el profesional de la salud lo acompaña (no le impone) en todo el proceso.

Con Mindful eating, el paciente logra tener claro los “para qué” de su autocuidado y le es muchísimo más fácil establecer hábitos que lo llevan a tener una mejoría notoria en su salud.

 


 

Para más información:

 

Carla Martínez Ponce
Especialista en Coaching Nutricional y Psicología de la Alimentación
Colegiado 3531
Tel. +502 5527-1966