Portugal derrotó 2-1 la República Checa en el debut de ambos en la Eurocopa, el día que se cerró la primera fecha de la fase de grupos.

Inagotable, insistente, voraz, pero extrañamente ineficaz, Cristiano Ronaldo, en el día que se proclamó el “rey de reyes” de las Eurocopas, se chocó contra el conservadurismo de la República Checa y con su portero Jindrich Stanek. El meta frenó las intentonas del delantero luso en un encuentro en el que Francisco Conçeicao se erigió como el héroe del conjunto de Roberto Martínez con el tanto de la victoria (2-1) en el tiempo añadido.

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Si hubo un jugador en Leipzig con ganas de focos, ese no fue otro que Cristiano. Fue el líder de Portugal. Una vez más y ya son veinte años los que acumula con su selección, mantuvo su innegociable hambre por marcar goles. Lo intentó todo, una y otra vez, pero no dio en la diana. Stanek, en sus ocasiones más claras (un mano a mano, un disparo desde el vértice del área y un lanzamiento de falta), frenó la voracidad del héroe luso, que acabó desesperado el choque con un cabezazo que estrelló en el palo en el último suspiro. Sin embargo, Conceiçao, que saltó al terreno de juego en el minuto 90, solucionó la papeleta para sus compañeros con un remate agónico que dio los tres puntos a su equipo.

La República Checa, mientras, con un solo disparo a puerta, el que sirvió a Provod para inaugurar el marcador, casi sacó petróleo de su incapacidad para generar nada excepto un sistema defensivo engorroso para Portugal, que una y otra vez se atascó en sus intentos por abrir una muralla casi inexpugnable.

Llega el gol de los checos y la respuesta de Portugal para remontar

La atractiva propuesta del combinado luso pintaba bien para el equipo de Cristiano. Curiosamente, eran 21 de los 26 eran los mismos que fallaron en el Mundial de Catar 2022.

La presencia de Pepe otorgó un récord al veterano central. Se convirtió, con 41 años, en el futbolista de más edad en jugar un partido de la Eurocopa. Se unió a Cristiano en el tema de las marcas. El delantero luso añadió oficialmente su sexto torneo a su currículum. Es el único en firmar semejante hazaña. Su ambición y voracidad sigue intacta. Cristiano, siempre quiere más. Es inagotable.

Provod, otro tiarrón de 1,89 centímetros, apareció por el borde del área de Portugal. Soltó un derechazo envenenado, con rosca hacia fuera y Diogo Costa, pese a su estirada, no pudo evitar el tanto de la República Checa.

Sin embargo, por primera vez en todo el duelo, la suerte sonrío al equipo de Roberto Martínez. En medio del desconcierto de Portugal, apareció Hranac para marcarse un gol en propia meta. Ese autogol significó el 1-1.

Sobre el final del partido, Cristiano estrelló un cabezazo contra el palo, el rebote lo recogió Diogo Jota y por fin marcó el 2-1. Pero el VAR anuló el tanto por fuera de juego y Portugal, que ya lloraba por el empate, sonrió por la aparición final de Conceiçao, el hombre que consiguió apagar los focos que apuntaban a Cristiano.