El brutal asesinato de los comunicadores sociales, Edin Alonso y Hugo Gutiérrez, ha sacudido profundamente a la comunidad de Retalhuleu, despertando sentimientos de temor e indignación entre quienes ejercen el periodismo en el departamento. Este lamentable hecho ha reiterado la vulnerabilidad que enfrentan los profesionales de la comunicación en su labor diaria.

Ambas víctimas eran los administradores de la página informativa “Noticias Caballo Blanco“. Poco antes del trágico suceso, habían llevado a cabo una transmisión en vivo desde el corazón de la Aldea, mostrando una venta de tacos. Finalizando su cobertura, emprendieron el regreso a sus hogares en motocicleta. Fue en ese trayecto que desconocidos les atacaron con armas de fuego.

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Los equipos de emergencia que respondieron al llamado llegaron a una escena desoladora. Ambos comunicadores presentaban múltiples heridas causadas por proyectiles, y pese a los esfuerzos por brindarles ayuda, su situación era irreversible.

La Policía Nacional Civil rápidamente montó operativos en toda el área en busca de los responsables, pero, hasta ahora, estos esfuerzos no rindieron frutos. Por otro lado, el Ministerio Público desplegó sus recursos, trabajando incansablemente durante horas para recolectar evidencia crucial en la escena del crimen.

Diferentes sectores de la sociedad han alzado sus voces para manifestar su condena y repudio ante este vil asesinato. Muchos subrayan la valiosa labor que ambos comunicadores realizaban, siendo voceros y sirviendo de manera desinteresada a su comunidad. En las redes sociales, el eco de este sentimiento es aún más palpable. Grupos de periodistas y ciudadanos lamentan profundamente la tragedia, instando a las autoridades competentes a que se haga justicia y este horrendo acto no quede impune. Es un clamor unánime que resuena en cada rincón de la sociedad: la violencia contra los comunicadores debe parar.