La Conferencia Episcopal de Guatemala emitió un comunicado en relación con la destitución del Jefe de la Fiscalía Especial contra la Impunidad -FECI-, Juan Francisco Sandoval Alfaro; la salida del funcionario se dio por decisión de la fiscal general, María Consuelo Porras Argueta.

La Conferencia Episcopal de Guatemala emitió cinco reflexiones sobre la destitución como un hecho de insoslayable notoriedad, así como de las consecuencias que podría traer. Además, asumen y agradecen los pronunciamientos que ya han hecho algunos obispos en sus respectivas iglesias.

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Los obispos resaltan la labor de la FECI para investigar hechos “que anteriormente gozaban de total impunidad; generando esperanza en la ciudadanía y aliviando a las víctimas”. Añaden que la decisión significa un daño irreparable al país y un evidente retroceso en la lucha por un eficiente combate a la “corrupción e impunidad”.

En la primera reflexión los obispos señalan que la justicia pronta e imparcial y la investigación del crimen son garantes de la libertad y la democracia. Nada hay nada más peligroso para la institucionalidad del país que haya mafias enquistadas en los órganos del Estado. Solo si la ley se acata y obedece con sentido moral, se puede interpretar y aplicar al servicio de bien común.

Conferencia Episcopal condena la salida de Juan Francisco Sandoval

En la segunda reflexión aseguran que el proceso de administración de justicia en Guatemala tiene graves falencias, como ellos lo han señalado en numerosas ocasiones. El Ministerio Público es, por ley, el órgano del Estado encargado de la investigación y persecución penal ante los delitos cometidos.

“En los últimos años -la FECI- logró investigar hechos que anteriormente gozaban de total impunidad, generando esperanza en la ciudadanía y aliviando a las víctimas. En ello la Fiscalía Especial contra la Impunidad ha desempeñado un papel fundamental”, añade el comunicado.

Críticas y reacciones por la salida de Sandoval de la FECI

La destitución fulminante del fiscal Sandoval, según connotados hombres y mujeres de derecho, ha sido ilegal y arbitraria.

“Recogemos el clamor ciudadano al percibir que este hecho significa un evidente retroceso en la lucha por un eficiente combate a la corrupción e impunidad; que tanto daño han hecho para el desarrollo integral del país y quienes se han alegrado ante la destitución es porque se sienten seguros y cómodos cuando el régimen de impunidad se consolida”, señalan en la reflexión tres.

En la cuarta reflexión, los obispos mencionan que la “abrupta destitución” del fiscal Juan Francisco Sandoval le ha hecho un daño irreparable al país.

“Se ralentizan los importantes casos que llevaba, es enorme la pérdida de credibilidad del Ministerio Público, crecerá la indignación ciudadana, aumentarán las protestas sociales y el nivel de conflictividad, se complicará más el ya deficiente manejo de la pandemia y el tortuoso proceso de vacunación”.

Por último hacen un llamado a todos los operadores de justicia, a quienes están revestidos de autoridad en las diversas instituciones del país para que se empeñen más en la búsqueda de justicia, en construcción de la paz como bien mayor; a ser valientes en reconocer sus errores y a no perder el horizonte del bien común como expresión máxima del sentido del Estado de Guatemala.