China arrestó a más de 80 personas por vender vacunas falsas para COVID-19. Su comercialización habría comenzado en septiembre del pasado año.
El diario estatal Global Times informó que las autoridades chinas incautaron además de 3 mil dosis de este falso antígeno en la operación.
Lee también: España aumenta las restricciones a vuelos procedentes de Brasil y Sudáfrica
Según la fuente, la red criminal tenía presencia en varias ciudades y la redada se realizó de manera conjunta por las fuerzas de seguridad de Pekín y de las provincias orientales chinas de Jiangsu y Shandong.
Las vacunas falsas consistían en jeringuillas precargadas con una solución salina y se vendían a altos precios.
Citado por el rotativo, un experto en vacunas llamado Tao Lina aseguró que “las vacunas falsas, rellenas de solución salina no tienen ningún efecto, pero tampoco causan problemas de salud, así que está claro que los sospechosos querían dinero, no dañar a la gente”.
Otras fuentes citadas por Global Times sostuvieron que esta red podría estar involucrada en la comercialización de estas vacunas falsas en el extranjero.
El pasado 28 de enero, la farmacéutica china Sinovac, alertó que “algunas empresas e individuos han falsificado y usado documentos de autorización de Sinovac” para intentar obrar como “distribuidores de la vacuna para COVID-19 CoronaVac y otros productos de vacunación en mercados fuera de China”.
China comenzó el pasado año una serie de campañas de vacunación para casos especiales, como militares o diplomáticos desplazados al extranjero.
China's Clover Biopharmaceuticals said Mon it will initiate global Phase II and III clinical trials of its protein subunit-based #COVID19 #vaccine candidate in the first half of 2021. Clover expects to supply up to 1 billion doses a year based on global demand by the end of 2021. pic.twitter.com/BGG9Izprwr
— Global Times (@globaltimesnews) February 1, 2021
Asimismo, las autoridades sanitarias comenzaron una campaña que aspira a inmunizar hasta 50 millones de chinos; antes de la llegada del Año del Buey, el 12 de febrero. Esos festejos vienen acompañados de desplazamientos masivos que Pekín teme puedan servir para propagar el virus; en un momento en el que hay varios rebrotes activos.
