Las escuelas de Nueva York no abrieron hoy sus puertas para recibir a sus alumnos, en una medida criticada por muchos padres.
Las autoridades intentan evitar que la nueva ola de contagios que devora Estados Unidos inunde también este Estado; donde, hasta el momento, el índice de positividad en las pruebas de COVID-19 se mantiene en un moderado 3,01 %.
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“Estamos viendo una tormenta que se avecina y estamos luchando contra una segunda ola”, dijo hoy el alcalde Bill de Blasio. En su primera rueda de prensa tras el anuncio, ayer, del cierre del mayor sistema público de educación del país, antes de aclarar que “en unos días” anunciará un nuevo protocolo de seguridad para la reapertura de los centros. Hasta el momento no se espera que abran hasta después de las fiestas de Acción de Gracias, que se celebra el 26 de noviembre.
“Entiendo y siento la frustración de los padres, muchos de los cuales quieren que sus hijos vayan al colegio”, concedió hoy el alcalde de Nueva York, que no ofreció una fecha de reapertura aunque dijo que se abrirían lo antes posible.
Escuelas, parte de las primeras medidas para evitar segunda ola
La clausura del sistema público de educación en la ciudad de Nueva York se decidió después de que el pasado viernes entraran en vigor las primeras restricciones para intentar contener la segunda ola. Como el cierre de restaurantes, bares y gimnasios a las diez de a noche y la reducción de las reuniones privadas a un máximo de 10 personas.
Testing is the key to reopening @NYCSchools buildings safely. To our families, we need your help: go to https://t.co/8MSKB1LRq7 and submit your child’s COVID-19 testing consent form as soon as you can.
— Mayor Bill de Blasio (@NYCMayor) November 19, 2020
Hoy De Blasio adelantó que se avecinan más medidas. Con el aumento del ritmo de contagios, en una o dos semanas el gobernador del estado Andrew Cuomo, podría declarar toda la ciudad “zona naranja”; lo que implica una reducción de la capacidad en los lugares de culto; la prohibición de servir comida en el interior de restaurantes y bares, y el cierre de negocios no esenciales y considerados de alto riesgo, como los gimnasios.
Nueva York, durante la primera ola se convirtió en el epicentro de la pandemia y acumuló el mayor número de muertos en Estados Unidos, con 34 mil 187. En esta segunda arremetida del virus se mantiene entre las regiones con menor índice de positividad.