El mejor consejo para cuando un miembro de la familia que vive en la misma casa se enferma de coronavirus es que se aísle en una habitación y que respete el distanciamiento y lleve mascarilla en caso de tener que salir. Pero, ¿qué pasa una vez que se recuperó?

Mucho se habla de la necesidad de limpiar toda la casa de arriba a abajo y de fregar todas las superficies después de una infección con COVID-19. ¿Qué opinan los expertos?

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Las opiniones son divergentes

El Centro Federal de Educación para la Salud (BZgA) de Alemania aconseja limpiar diariamente con el detergente habitual las superficies que se tocan frecuentemente como llaves de la luz, picaportes o también teléfonos móviles.

El coronavirus se transmite principalmente por el aire, señala el BZgA. Pero partículas que contienen virus, como las que se liberan al toser, estornudar o hablar, pueden quedar en las superficies, sobre todo si estuvieron cerca de la persona enferma, precisa.

Peter Walger, de la Asociación Alemana de Higiene Hospitalaria, evalúa de manera diferente este riesgo. En su opinión es “absolutamente innecesario” fregar toda la casa de arriba a abajo y desinfectar todas las superficies después de una infección con COVID-19 en la vivienda. “Por esta vía no se transmite ninguna infección”, dice este infectólogo.

“La transmisión del virus SARS-CoV-2 ocurre fundamentalmente a través de la respiración”, explica. “El lugar de ingreso de los virus es la zona de la boca, la nariz y la garganta. Y casi no tenemos indicios de una vía de transmisión indirecta relevante a través de una superficie inanimada”, indica.

Habría que tocar mucosidad nasal ajena

Una excepción es si se entra en contacto con las llamadas secreciones respiratorias. “O sea, si alguien tose, usted toca con su manos donde esa persona tosió y a continuación toca con sus manos su propia mucosa en la zona de la boca, la nariz o la garganta”, detalla Walger. “¿Pero cuándo tocamos una secreción claramente visible de una tos o un escupitazo de otra persona? Eso no lo hacemos ya solo por razones estéticas”. Y si uno no está seguro, lavarse las manos con agua y jabón siempre ayuda.

Las familias con niños pequeños levantarán la mano en este punto. Y es que los bebés y los niños pequeños se babean y no pueden sonarse la nariz por sí mismos. Pero tampoco en esos casos Walger recomienda alguna medida de cuidado adicional, además de lavarse frecuentemente las manos. Durante una infección se debería mantener la distancia, lo mejor posible, y si no se puede, como adulto, llevar mascarilla y lavarse las manos con frecuencia.

En general, no son necesarios los desinfectantes

Incluso en el baño el riesgo de infección es limitado, al menos si se usa el lavabo uno tras otro durante una infección en la vivienda. “Y si se enjuaga bien y limpia normalmente allí donde uno se lava, escupe y suena su nariz”, dice Walger.

El médico añade: “Ni siquiera en este caso existe razón para desinfectar las superficies”. En esto, ambas instituciones consultadas están de acuerdo. Tampoco el BZgA recomienda, por lo general, desinfectar los picaportes, las llaves de la luz, las tapas de baño y otras superficies de la casa.

Hay excepciones, por ejemplo, para proteger a personas de los grupos de riesgo.

Los expertos vuelven a tener opiniones divergentes en cuanto a la ropa de cama, que de noche absorbe sudor y saliva. Para Walger, no es necesario ningún tratamiento higiénico especial durante y después de la infección.

El BZgA recomienda juntar la ropa de una persona enferma en un espacio separado, no tocarla directamente y no sacudirla. Las toallas y la ropa de cama, aconseja, deberían lavarse al menos a 60 grados y secarse bien.