También conocida como ácido ascórbico, la vitamina C es un nutriente esencial para la salud humana y popular por su capacidad para fortalecer el sistema inmunológico y mejorar la absorción de hierro. En el ámbito de la dermatología, la vitamina C se ha convertido en un ingrediente estrella por sus potentes propiedades antioxidantes.
La vitamina C es un ingrediente estrella en las fórmulas de expertos de cuidado de la piel, ya que gracias a las propiedades que otorga a la epidermis, esta hace que luzca más uniforme, brillante y con líneas de expresión atenuadas.
Vitamina C como antioxidante
Como antioxidante, la vitamina C combate los radicales libres, moléculas inestables que pueden dañar las células de la piel y acelerar el envejecimiento. Además, es crucial para la producción de colágeno, una proteína que mantiene la piel firme y elástica. Debido a estas propiedades, la vitamina C se utiliza ampliamente en dermocosmética.
¿Es compatible con en sol?
Una de las preguntas más comunes sobre el uso de la vitamina C es si es adecuada para los meses cuando la exposición al sol es mayor. La respuesta es un rotundo sí. De hecho, la vitamina C puede ser especialmente beneficiosa en época estival debido a su capacidad para proteger la piel contra los daños causados por los rayos UV.
Aunque la vitamina C no reemplaza el protector solar, puede actuar como un complemento poderoso. La exposición al sol puede generar radicales libres que dañan la piel y aceleran el envejecimiento.
La vitamina C neutraliza estos radicales libres, proporcionando una capa adicional de defensa. Además, ayuda a reparar el daño ya existente, promoviendo una piel más saludable y radiante.
Suero de vitamina C
La vitamina C se presenta en diversas formas en productos de cuidado de la piel, siendo el suero la más común y efectiva. Los sueros de vitamina C son soluciones concentradas que se deben aplicar directamente sobre la piel después de la limpieza y antes de la hidratación.
Para obtener los mejores resultados, se recomienda utilizar el suero por la mañana, ya que proporciona una capa adicional de protección contra los daños causados por la radiación ultravioleta (UV) y otros factores ambientales.
Cómo aplicar la vitamina C
La aplicación de la vitamina C debe hacerse con las manos limpias, y se deben utilizar solo unas pocas gotas para cubrir todo el rostro. Se aplica con movimientos suaves y circulares, permitiendo que el suero se absorba completamente antes de seguir con otros productos de cuidado de la piel, como la crema hidratante y el protector solar.
Es importante elegir productos que la contengan de una forma estabilizada, como el ácido ascórbico o sus derivados (ácido L-ascórbico, fosfato de ascorbilo de magnesio, etc.), para asegurar su eficacia y estabilidad. Además, es recomendable que los productos vengan en envases opacos y herméticos para evitar la oxidación.
Un aspecto en el que inciden los expertos es en evitar cambiar el envase de este tipo de componentes para viajar, puesto que esta fórmula se oxida con más rapidez que otros compuestos y la preservación de sus activos depende de las condiciones de su envase en gran medida.
Apta para varios tipos de piel
La vitamina C es beneficiosa para una amplia variedad de tipos de piel y puede ayudar a tratar diferentes problemas cutáneos. Según señalan los expertos, atendiendo a los objetivos que se persigan puede utilizarse fórmulas con mayor concentrado.
En pieles maduras la vitamina C ayuda a reducir las arrugas y líneas de expresión al estimular la producción de colágeno. También mejora la textura de la piel y reduce la apariencia de manchas oscuras y decoloraciones, aportando un tono más uniforme y brillante.
Gracias a sus propiedades antiinflamatorias, la vitamina C puede ayudar a calmar las pieles propensas al acné y a reducir las rojeces. Además, sus propiedades antioxidantes ayudan a prevenir las cicatrices de acné y a mejorar la apariencia de las existentes, siempre combinada con el uso de un fotoprotector solar.
También puede mejorar la hidratación de la piel al ayudar a retener la humedad. Cuando se combina con otros ingredientes hidratantes como el ácido hialurónico, puede proporcionar una hidratación duradera y profunda para aquellas pieles apagadas.
Cómo maximizar los beneficios de la vitamina C
La constancia es clave en cualquier ritual de belleza, por lo que es indispensable aplicar el suero de vitamina C todas las mañanas. Esto asegurará que la piel esté protegida y recibiendo los beneficios antioxidantes continuamente.
Tal y como señalan desde las propias firmas que trabajan el componente y también los dermatólogos, siempre hay que usar un protector solar de amplio espectro después de aplicar el suero de vitamina C, algo que no solo protegerá la piel de los daños de los rayos UV, sino que también potencia los beneficios de la vitamina.
El uso de este nutriente no sustituye el paso de la hidratación, sino que es una fase previa. Es necesario mantener la piel hidratada utilizando una crema hidratante adecuada para cada tipo de piel.
Es importante evitar la exposición prolongada al sol, especialmente durante las horas pico, en las que además de reaplicar el protector solar se recomienda el uso de sombreros y gafas de sol y decantarse por lugares a la sombra.