Autoridades regionales alertaron este jueves de un aumento en la inseguridad alimentaria y la desnutrición infantil aguda en la región fronteriza que comparten El Salvador, Guatemala y Honduras; esta es conocida como el Trifinio Centroamericano, donde históricamente han habido problemas de inseguridad alimentaria.

El Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura -IICA- indicó en un comunicado que el Trifinio es “una de las zonas más pobres del Hemisferio Occidental”, y que allí “las condiciones de vida de la población, en su mayoría indígena, son indignas del siglo XXI y la desnutrición infantil es rampante”.

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Ante esta situación, el IICA, la Unión Europea y el Sistema de la Integración Centroamericana -SICA-; además de la Mancomunidad Trinacional Fronteriza del Río Lempa -MTFRL-, llevarán a cabo un plan que ayudará a 1 mil 500 familias a mitigar los problemas de inseguridad alimentaria y nutricional. Estos se agravaron por la pandemia del COVID-19.

El gerente general de la Mancomunidad, Héctor Alonso Aguirre, explicó que en la región del Trifinio “el hambre es endémica”; y que un ejemplo de ello es que hace 25 años “fue declarada una hambruna en la región de la etnia chortí de Guatemala; y las condiciones no han cambiado considerablemente”.

“Un fenómeno como la pandemia del COVID-19 potencia esos problemas. Por ejemplo, se han disparado ahorita los casos de desnutrición aguda; y un niño menor de cinco años con desnutrición aguda es un niño camino a la muerte. En 10 o 15 días puede estar muerto”, afirmó.

El COVID-19 agrava la desnutrición infantil

Aguirre comentó que se han recopilado datos de inseguridad alimentaria al mes de mayo pasado, los cuales reflejan el efecto de la pandemia.

“En octubre de 2019 hicimos un análisis que arrojaba que teníamos 120 mil personas en condiciones de crisis alimentaria de fase 3 -crisis- y fase 4 -emergencia-; a las puertas de la fase 5, que es hambruna. En mayo encontramos que aumentamos a 140 mil familias afectadas en condiciones de crisis alimentaria”, detalló.

Debido a los cierres económicos y de mercados provocados por la pandemia, muchos pequeños agricultores de la zona perdieron su producción. Perdieron cultivos por falta de trabajadores; a lo que se sumaron los efectos de las tormentas tropicales Amanda y Cristóbal.

“El otro factor es que, al no poder salir a trabajar, la relación ingresos-trabajo se ve afectada porque muchos de estos agricultores venden su mano de obra. Esto provocó que muchas familias en abril-mayo estuvieran sin comida. Varias instituciones comenzaron a entregar alimentos, nosotros lo hicimos en julio, entre todas se ha podido paliar la situación de la disponibilidad de alimentos”, manifestó Aguirre.

El plan de acción contra la crisis

Ante esta situación, es que se origina el Plan de Atención a la Inseguridad Alimentaria y Nutricional de la Mancomunidad Trinacional Fronteriza Río Lempa; este se centrará en fortalecer la producción agrícola de autoconsumo en parcela y patio para asegurar la provisión continua de alimentos a la población.

La iniciativa beneficiará a 1 mil 500 familias en 17 municipios de tres países: cuatro en El Salvador, cinco en Honduras y ocho en Guatemala.

El plan, impulsado por el IICA, la UE, el SICA y la Mancomunidad, también implementará modelos de diversificación con granos básicos. También cultivos anuales, hortalizas y aves de traspatio según la diversidad topográfica y de ecosistemas de las zonas territoriales; que permita mejorar las condiciones nutricionales de las familias y generar ingresos.

Con el plan de acción, además se pretende brindar acompañamiento técnico y facilitar la transferencia de tecnologías para la implementación de los modelos de diversificación agrícola definidos, mediante asistencia técnica virtual, guías tecnológicas y el uso de telefonía celular.