Viajar por Izabal y el Caribe guatemalteco, sin duda es uno de los placeres más grandes de la vida. Pan de coco, bailes, playas y muchas emociones son los ingredientes en este destino.
Redacción y fotos: DeTur Guatemala
Días atrás realizamos un recorrido maravilloso, lleno de aventura, bellos parajes y sabores únicos por “Izabal, Caribe Verde”, en el Caribe guatemalteco.
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Es un destino caribeño a 300 kilómetros por la carretera CA-9, a donde se puede llegar desde la ciudad de Guatemala, en bus de pasajeros o en vehículo particular; es un viaje de aproximadamente 5 a 6 horas en una ruta llena de paradores y centros turísticos, lugares que sirvieron de entretenimiento hasta llegar a nuestro destino.
Llegando a Puerto Barrios podíamos disfrutar de exquisita comida caribeña en los restaurantes del centro de esta ciudad-puerto, pero nosotros preferimos avanzar hasta Santo Tomás de Castilla para disfrutar unos deliciosos mariscos a la orilla del mar, a un costado del puerto.
Gaviotas, pelícanos, cormoranes y barcos enormes en la bahía brindan una vista espectacular mientras disfrutamos de un exquisito tapado, delicioso platillo de la gastronomía garífuna, que consiste en una sopa de mariscos con plátanos y leche de coco, ¡riquísimo!
Bosque tropical las Escobas
Ya que nos gusta mucho la aventura y la naturaleza, decidimos tomar un tour hacia el sendero de bosque tropical las Escobas en el río las Escobas a orillas de la reserva protectora de manantiales del Cerro San Gil. Es impresionante la belleza natural que encontramos en este sitio, realmente abrió nuestros sentidos con sus bellos senderos interpretativos, aprendimos sobre aves, flora y fauna de la zona, vimos variedad de flores y animalitos en el bosque. El guía local nos explicó que hay más de 400 especies de aves, diversidad de insectos, reptiles, miles de plantas y algunas especies exclusivas de la zona; todo lo pudimos apreciar en el Centro de Biodiversidad El Arca de la Vida.
Después de una caminata por tres senderos muy bonitos y seguros, llegamos a las cascadas y las pozas, en donde pudimos refrescarnos y disfrutar de un baño natural, también recorrimos múltiples puentes y nos relajamos sentados en las plataformas de meditación, sin lugar a duda es un magnífico museo natural viviente de selva tropical. Posterior a nuestro recorrido disfrutamos de alimentos preparados por las señoras de la comunidad.
Santo Tomas de Castilla, Izabal
Nos trasladamos hacia Santo Tomas de Castilla para la siguiente aventura de nuestro viaje. Un amigo nos contó que hay una reserva natural muy bonita a la orilla de la bahía San Carlos por lo que decidimos sumarnos a la aventura y pedimos a FUNDAECO que nos recogieran en la playa de Santo Tomas para visitar la Ensenada Verde que está a 5 minutos en lancha; nos maravillamos de este espectacular sitio ecoturístico, donde prácticamente se funde el Mar Caribe con el Bosque Tropical.
El capitán de la lancha fue muy amable, nos brindó chalecos salvavidas y nos pidió cumplir todas las medidas de seguridad, al llegar al lugar nos impresionó el sendero y su torre de observación de aves, disfrutamos de un pequeño recorrido en kayaks por unas formaciones rocosas que están en el sendero acuático entre el mar y el bosque, nos brindaron un snack después de nadar un poco y vimos los bellos islotes.
Al terminar nuestro recorrido en Ensenada Verde nos trasladamos en lancha hasta la casa de la bahía para alojarnos, un sitio que forma parte de los atractivos de la Costa de la Conservación del Caribe Verde, rodeado de bosque tropical a la orilla del mar con un muelle y playa de arena blanca donde nos sentamos a disfrutar de un bello atardecer.
Bahía San Carlos
A la mañana siguiente nos levantamos muy temprano para hacer un recorrido acuático por la bahía San Carlos, hábitat del mamífero gigante del mar Caribe: el Manatí, hasta las playas de la nueva punta de palma, paraíso que nos dio la oportunidad de bañarnos en el mar, broncearnos, jugar en familia a la orilla del mar, disfrutar de ricos cocos y más mariscos en diferentes presentaciones, hasta una coco-hamburguesa (con pan de coco), almorzamos, disfrutamos de cocteles tropicales y música garífuna.
Esa noche los más jóvenes decidieron acampar en la playa y algunos mayores preferimos quedarnos en bellas habitaciones de bambú y techo de palma. A la mañana siguiente y antes de partir de vuelta hacia nuestro hogar, tuvimos un rico desayuno con plátanos fritos y pan de coco con mantequilla, ricos licuados de frutas y un bellísimo amanecer. Sin duda conocer “Izabal, Caribe Verde” renueva el espíritu.
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