Dolores Bedoya, a diferencia de las mujeres de su época, era una persona ilustrada y como sus hermanos, estaba convencida que era necesaria la Independencia.

Por: Dr. Aníbal Chajón, CECEG

El 14 de septiembre de 1821, mantuvo una intensa actividad promoviendo la independencia, luego que el gobernador español convocara a una reunión para resolver la separación de Chiapas del reino de Guatemala.

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En aquel entonces, la situación económica era difícil y las decisiones de los reyes Carlos III y Carlos IV empobrecieron a la población. Entre ellas, el traslado de la ciudad con la justificación de no sufrir por los terremotos.

Con el traslado, todas las hipotecas fueron perdonadas, pero esa medida afectó a las órdenes religiosas, que en esa época funcionaban como los bancos, aunque años después fueron requeridos los pagos de las hipotecas, pero no a las órdenes religiosas, sino al rey.

Por ello, varios sacerdotes criticaban durante los sermones de las misas, las acciones de los reyes.

Retrato idealizado de María Dolores Antonia de San Mateo Bedoya y González de Molina en su juventud, por el artista Benjamín Orozco. Foto: CECEG.

Ello motivó a eruditos reunirse en el hospital y convento de Belén, en 1813, para conjurar contra el gobierno, incluidos dos familiares de Dolores Bedoya. Fueron denunciados y apresados.

Entre el 14 y 15 de septiembre, al ver los hechos que se suscitaban, Dolores Bedoya contrató una marimba y quemó cohetillos para convocar a los habitantes frente al Palacio de Gobierno, para impedir que los representantes reunidos salieran sin firmar el acta de Independencia.

Monumento a Dolores Bedoya, por Rodolfo Galeotti, frente a la escuela del mismo nombre. Foto: Flickr.