El Atlético de Madrid demostró en San Sebastián su gran momento de forma y confianza y se deshizo con cierta facilidad de uno de los rivales más incómodos de la competición, una Real Sociedad que echó en falta a Mikel Oyarzabal y que sucumbió con los goles de Mario Hermoso y Marcos Llorente.

El equipo rojiblanco dominó la primera mitad ante un conjunto vasco que sorprendió al echarse atrás en los primeros minutos. Dejó la iniciativa a su rival para sorprender en algún contraataque; para lo que contaba con la reaparición de su experto en el último pase, un David Silva que notó la inactividad.

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Ambos equipos se habían estudiado muy bien y por eso optaron por la cautela. Primero guardar la ropa y luego nadar en el campo rival, aunque su estrategia no dio crédito alguno y los porteros vivieron una primera mitad realmente tranquila.

La oportunidad más clara de gol corrió a cargo del Atlético en un balón rematado por Mario Hermoso que la defensa blanquiazul sacó casi bajo los palos cuando Remiro estaba batido.

El primer gol del Atlético

El defensa madrileño, el mejor sobre el terreno de juego, no perdonó en la siguiente ocasión que tuvo, ya en el segundo tiempo y en el primer acercamiento de su equipo, de gran cabezazo batió a una Real que necesitaba algo más si quería inquietar al líder de LaLiga.

Los rojiblancos tenían el encuentro donde querían y comenzaron a jugar a placer ante un conjunto ‘txuri urdin’ sin ideas, que no encajó por muy poco el segundo gol, tras una acción personal brillante del belga Yannick Carrasco.

La Real se quedó también sin energía y los atléticos vivieron una segunda parte cómoda, con un control absoluto del juego y del marcador que sería todavía más intenso con el tanto de Marcos Llorente.

Luis Suárez

Medio gol fue para la habilidad previa de Luis Suárez, que dejó un balón excelente a Carrasco que el belga no aprovechó pero, en segunda jugada, Llorente fusilaría la portería de Remiro para lograr un bello tanto.

Pudo acortar distancias el equipo local por medio de Merquelanz; sin embargo, el delantero blanquiazul se topó con un enorme Oblak para evitar darle un poco de emoción al tramo final del encuentro, que fue muy plácido para el conjunto colchonero.