Se trata de una jornada atípica en la medida en que tanto el Bayern como el Dortmund vienen de perder sus respectivos partidos y a que ninguno de los dos tiene a tiro el liderato este fin de semana.

El duelo Eintracht-Hoffenheim impide que el Dortmund o el Bayern salten al primer lugar. Si el Eintracht gana sumaría siete puntos mientras que los dos grandes solo podían llegar a los seis puntos si ganan sus partidos, los mismos que de momento tienen el Hoffenheim y el Augsburgo que ganaron en las dos primeras jornadas.

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El Augsburgo, lo mismo que el Bayern, juega el domingo a domicilio contra el Wolfsburgo.

El Bayern y el Dortmund llegan a la jornada tras haber disputado el miércoles la Copa de Alemania, los bávaros se impusieron por 3-2, en un partido en el que los dos equipos dieron por momento muestras de estar pasando por un bajón de rendimiento.

Lo anterior puede deberse, sobre todo en el caso del Bayern, al desgaste físico después de haber tenido solo una breve pausa entre la final de la Liga de Campeones y el comienzo de la Bundesliga y el no haber podido hacer una pretemporada en condiciones normales.

A eso se agrega el hecho de que de momento la plantilla es corta, de lo que se queja permanentemente el entrenador Hansi Flick que espera que lleguen fichajes en el tiempo que queda hasta el 5 de octubre.

Bayern

El domingo el Bayern tendrá que prescindir una vez de Leroy Sané, con una lesión de cápsula en la rodilla derecha. Ante el Dortmund Flick optó por prescindir de un extremo, reservando a Serge Gnabry, que solo jugó la última parte del segundo tiempo.

Kingsley Coman, que estuvo un tiempo en cuarentena y apartado de los entrenamientos del grupo por un positivo de COVID-19 en su entorno, jugó el primer tiempo y la parte del segundo para la que alcanzó su actual estado de forma.