Editorial EntreCultura

Sin duda alguna el mes de noviembre es el mes más lindo del año para muchos guatemaltecos y no es para menos.

En noviembre los celajes hacen gala de su belleza todas las tardes, pintando con los colores más inimaginables los volcanes, las nubes y la ciudad, convirtiéndose estos en el preludio de cielos nocturnos cristalinos y brillantes, ya que los fríos vientos disipan toda partícula de polvo y esmog que se encuentra suspendida en el aire.

Lee también: Gliptodonte, el dinosaurio acorazado de Quetzaltenango

Y por si eso fuera poco, noviembre nos llega de golpe con una de las tradiciones más significativas y esperadas: el Día de Todos los Santos (1 de noviembre), un día lleno de sabores, olores y recuerdos.

El 1 de noviembre se honra de manera especial a aquellos familiares y amigos que se nos adelantaron y ya no se encuentran entre nosotros. En épocas sin COVID-19, los cementerios de las distintas localidades de Guatemala, se llenaban de visitantes quienes cargados de flores, hojas de pino, coronas, manzanillas y fotografías familiares entre muchos otros objetos decorativos, se dedicaban a engalanar las tumbas de sus conocidos.

De igual forma, muchas de las familias emprendían el viaje con sus viandas dispuestas a disfrutarlas en compañía de sus difuntos. Esperamos que muy pronto estás prácticas vuelvan a realizarse; pero antes debemos conservar la calma, ya que hay que protegerse del coronavirus, respetando las normas de bioseguridad.

Día de Todos los Santos

El Día de Todos los Santos, grandes y chicos también disfrutan el tan esperado fiambre familiar, ese platillo de mil sabores que mamá o abuelita han preparado con mucho esmero por largas horas y que no se volverá a servir hasta dentro de un año.

Desde EntreCultura, mandamos un abrazo a todos los guatemaltecos en esta fecha tan especial, deseándoles lo mejor y muy pero muy BUEN PROVECHO.

¡EntreCultura, hace de la cultura parte de tu vida!