Editorial EntreCultura

El último mes del año hace su arribo a nuestras vidas; sin duda este como muchos otros diciembres traerá momentos de alegría, paz, cordialidad, reflexión y ante todo aflorarán muchos sentimientos encontrados a causa del COVID-19.

El olor del pinabete navideño en cuya base se coloca la manzanilla sobre agujas de pino empezará a envolver a las familias chapinas, con aromas que abrazarán los corazones y que junto al delicioso ponche navideño pondrán las notas de calor en cada uno de los hogares.

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Sin duda los más pequeños de la casa, nerviosos y ansiosos, lápiz en mano se aprestan para escribirle la carta a Santa Claus; en donde seguro no faltarán las bicicletas, los juegos electrónicos, los celulares, ropa (aunque lo dudamos jaja), pelotas, computadoras y esos ansiados tenis que tantos les gustan.

Mamá y papá también están listos lápiz en mano apuntando los ingredientes que no pueden faltar en casa en esta época navideña: el chocolate, las manzanas, las uvas, harina para las galletas y los pasteles, las nueces, los ingredientes para los tamales y porque no también el infaltable pavo.

Y no se nos puede olvidar esa experiencia maravillosa de transformar nuestro hogar en ese palacio lleno de luces de colores, con guirnaldas y sus adornos de angelitos, de muñequitos navideños y de bombitas que alegran la vista y el corazón, cuando las vemos colgar del arbolito navideño.

En fin, diciembre ha llegado

Y para iniciar el último mes del año, nuestra nueva edición te trae entre otros temas, un artículo muy interesante sobre el arte de la danza y los mayas; y cómo nuestros antepasados inspirados en los sonidos y movimientos de la naturaleza crearon diferentes danzas para agradecer a la tierra, para pedir prosperidad y para celebrar los acontecimientos importantes.

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