Hace algunos años una noticia impactó en los medios y redes sociales, generando indignación y preocupación en la población. Todo surge a raíz de que en la comunidad San Rafael Pacaya II, en el municipio de Coatepeque, Quetzaltenango, un grupo de vecinos aseguraba haber dado muerte al cadejo, desconociendo que se trataba de un inofensivo micoleón.
Esta terrible noticia nos hace preguntarnos ¿En qué momento dejamos de conocer nuestra fauna? O es que ¿Otro mundo y otras realidades nos absorben?
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Para evitar otra tragedia de este tipo, nos vimos en el deber de informar y educar a las comunidades acerca de nuestras especies, ya que estas son parte de nuestro patrimonio natural y debemos cuidarlas, respetarlas y permitir que nuestras generaciones venideras, tengan la oportunidad de conocer a esos animalitos de los que nosotros crecimos rodeados, antes que desaparezcan y pasen a convertirse en un mito o leyenda.
Los micoleones son unos mamíferos que habitan en las zonas de Centro y Sur América, son animales nocturnos, grandes y arbóreos, dotados de gran agilidad para trepar y viajar rápidamente, corriendo y saltando ruidosamente de árbol en árbol.
En comparación con su pariente cercano el mapache, el micoleón tiene una cola particularmente larga, la cual utiliza para asegurarse mientras trepa. El micoleón alcanza una longitud entre 42 y 58 centímetros, y un peso entre dos y cinco kilogramos. Su cola de 40 a 50 centímetros es casi tan larga como el cuerpo.
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¿Cómo es físicamente un micoleón?
Su cuerpo es alargado y musculoso, con cola larga, cuyo extremo es capaz de sujetarse de ramas y otros sitios similares. La cabeza es redondeada, con rostro corto y con ojos bastante separados y grandes. Las piernas y los brazos son cortos, pero muy hábiles para sujetarse. El pelaje es tupido, denso, corto, aterciopelado y de color variable, normalmente marrón en la espalda, amarillento en la parte inferior y un poco más oscuro hacia la cabeza y también hacia el extremo de la cola.
Su distribución va desde el sur de México, Centro América, hasta Colombia, Ecuador, Brasil, Perú, Surinam, Guyana y Venezuela. Se alimentan de flores, brotes, insectos, nueces, huevos y frutas. Además, como si fueran osos, disfrutan mucho de la miel, la cual extraen con su larga lengua.
La mayoría de los micoleones son solitarios y no poseen un período de apareamiento determinado. Durante la primavera o el verano, luego de un período de gestación de alrededor de 120 días, la hembra generalmente da a luz una sola cría; a la cual amamanta durante aproximadamente cuatro meses. Existe un animado contacto vocal entre madre e hijo.
Las hembras se vuelven sexualmente maduras a la edad de 30 meses, mientras que los machos lo hacen a los 18 meses. El micoleón puede llegar a vivir unos 40 años aproximadamente.
Una Especie amenazada
El micoleón es el único carnívoro americano con cola prensil y se encuentra en estado de “Preocupación menor” según la “Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)”. Sin embargo, la realidad en Guatemala es otra, pues es una especie amenazada a punto de desaparecer.
Por no conocer sobre nuestras especies y confundirlos con seres mitológicos, los pobladores de San Rafael II han violado la Ley de Áreas Protegidas en su artículo 81; lo que conlleva a una pena que puede durar hasta 10 años de cárcel y multas de hasta 20,000 quetzales.
Es importante que te informes, denuncies el daño a nuestro patrimonio natural, pero sobre todo protejas a nuestras especies de flora y fauna, cuidando su hábitat, evitando contaminar y destruir nuestras selvas y bosques.