Francia ha administrado una tercera dosis de la vacuna contra el COVID-19 a “cerca de 400 mil personas”; esto desde que se inició a comienzos de mes la campaña para reforzar la inmunidad de los mayores de 65 años y de otras personas con enfermedades que entrañan un riesgo.

La cifra la dio este jueves el ministro de Sanidad, Olivier Véran, que en una entrevista al canal France 2 explicó que esa campaña se desarrolla sin problemas.

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El ministro advirtió de que mantendrá “una firmeza total” con los sanitarios que no se hayan vacunado cuando entre en vigor el próximo día 15 la obligación que ha instaurado una ley adoptada el pasado mes de julio.

Eso significa que “la ley se aplicará”, de forma que los que no hayan recibido entonces al menos una dosis no podrán trabajar y que se les suspenderá el sueldo. Añadió que no tolerará que se les expidan bajas médicas para evitar así las sanciones y que actuará contra los médicos que lo hagan.

Francia no relaja restricciones, continúa con medidas mientras refuerza con tercera dosis

Preguntado sobre si no es el momento de levantar algunas de las restricciones que se mantienen en Francia a causa del coronavirus; esto cuando en Suecia se ha anunciado para la semana próxima, Véran respondió que hay muchos países que luego han tenido que dar marcha atrás.

“No es el momento de relajar nuestros esfuerzos”, subrayó después de reconocer que la incidencia ahora está bajando; desciende a un ritmo del 25-30 % al día y están disminuyendo también las personas hospitalizadas por COVID-19.

Confirmó que con la declaración del estado de urgencia sanitaria en Nueva Caledonia el objetivo es atajar la propagación de los brotes; estos que se han constatado en ese territorio francés de ultramar, donde el martes entraron en vigor una serie de medidas de confinamiento.

Señaló que, como en otros territorios y departamentos franceses de ultramar, la población “no está suficientemente vacunada”.