La vida útil de una esponja de cocina es mucho más corta de lo que se cree. Su duración máxima es de dos a tres semanas, dependiendo del uso. Sin embargo, en muchos hogares se conserva durante meses, aplicando trucos caseros para alargarla.
Uno de los más populares es meterla en el microondas para intentar desinfectarla.
Lee también: Mezclar bicarbonato con agua oxigenada ¿por qué lo recomiendan los expertos?
¿Sirve meter la esponja en el microondas?
El método consiste en humedecer la esponja y calentarla unos minutos para reducir bacterias. Aunque puede tener un efecto inmediato, no siempre es suficiente.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) advierte que calentar esponjas en el microondas o hervirlas puede disminuir parte de la carga bacteriana, pero no garantiza una desinfección total. Por ello recomienda comprar nuevas con frecuencia para evitar contaminación cruzada.
Una esponja puede albergar millones de bacterias
La preocupación está respaldada por estudios. En 2017, la revista Scientific Reports publicó un análisis de esponjas usadas en hogares que identificó 362 tipos diferentes de bacterias.
Los investigadores calcularon que en un solo centímetro cúbico de esponja puede haber más de 50.000 millones de bacterias, lo que la convierte en uno de los objetos más contaminados de la casa, incluso más que el inodoro.
El estudio reveló que los intentos de “sanitizar” las esponjas con calor, ya sea en el microondas o con agua caliente, no redujeron de manera efectiva las bacterias a largo plazo. En algunos casos, incluso favorecieron el crecimiento de microorganismos más resistentes.
Recomendaciones de los expertos
Por este motivo, los autores del estudio aconsejan sustituir las esponjas con regularidad en lugar de tratar de desinfectarlas.
La Universidad Estatal de Michigan recomienda reemplazarlas cada dos semanas como medida más segura. También sugiere alternativas más higiénicas como paños lavables que se puedan desinfectar con lejía o altas temperaturas, o incluso papel de cocina desechable para tareas puntuales.
En conclusión, meter la esponja de cocina en el microondas puede parecer una solución práctica, pero los expertos coinciden: lo más seguro es cambiarla con frecuencia para reducir riesgos y evitar la contaminación en el hogar.

