Miles de guatemaltecos celebraron este martes en todo el territorio la “Quema del Diablo”, una tradición con varios siglos de antigüedad en la cual incineran basura frente a sus hogares, pese a la recomendación contraria de las autoridades.

La actividad, que se repitió en docenas de calles del país centroamericano, se realiza cada 7 de diciembre a las 18:00 horas.

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Sin embargo, en los últimos años la participación de los guatemaltecos en la tradición ha ido mermando. Esto por la recomendación de las autoridades de no quemar basura por el bien del medioambiente y por los riesgos relacionados a la actividad.

“Muchos queman cosas viejas, prenden fuego a la basura y eso conlleva riesgos y vulnerabilidad”, indicó este martes el portavoz vial de la Municipalidad de Guatemala, Amílcar Montejo.

El funcionario recordó la importancia de “proteger a los niños” y los riesgos que la quema de basura y piñatas “en calles y avenidas” con los cables eléctricos.

Diablo de cinco metros

A pocos kilómetros del centro de la Ciudad de Guatemala, la piñata de un diablo gigante fue quemada por vecinos de un barrio de la zona 5; una de las 25 zonas que componen la urbe metropolitana.

La piñata tenía una altura de cinco metros y su peso llegó a las 400 libras, según le confirmaron los organizadores a Efe, quienes indicaron también que la bautizaron como “Giammatute 2021” en honor al presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei, debido a su mal manejo del presupuesto de las vacunas contra la covid-19.

Por su parte, la Asociación Guatemalteca de Exportadores concluyó este martes una campaña instando a la población a reciclar en busca de disminuir la contaminación.

De acuerdo con la visión católica, la tradición se remonta al anuncio del triunfo de la Virgen de Concepción -cuya festividad se celebra el 8 de diciembre- sobre Satanás; la cual se rememora con grandes fogatas y la quema de juegos pirotécnicos.

De igual forma, algunos historiadores guatemaltecos vinculan la celebración a la época de la colonia española. Esto cuando se realizaban grandes luminarias con fuego para algunas festividades religiosas.