El Comité Olímpico de Guatemala acaba el año suspendido de sus funciones debido a injerencias judiciales. El de Afganistán está también en el punto de mira por un motivo muy distinto: las dificultades para garantizar a las mujeres la práctica deportiva.

En el caso de Guatemala, un conflicto entre dos candidatos a presidir el comité (COG) desembocó en una decisión judicial que suspendió parte de los estatutos del organismo. El COI consideró la medida una intromisión en la autonomía del deporte y primero avisó, luego suspendió y después prolongó el castigo ante una situación que no ha hecho sino empeorar en las recientes semanas.

El intento de toma de posesión como presidente del COG del exfutbolista Jorge Rodas, que no pudo hacerlo porque se encontró cerradas las puertas del Palacio de los Deportes, fue el último episodio rocambolesco de este caso, que pronto tuvo efectos secundarios en el deporte local: fueron cancelados los XII Juegos Centroamericanos que Guatemala iba a coorganizar con Costa Rica a partir del 27 de octubre, primer escalón para centenares de deportistas en el ciclo olímpico que conducirá a los Juegos Olímpicos de París 2024.

Mientras no se restituyan los estatutos del COG suspendidos por la corte, los deportistas del país no pueden competir con su bandera. Tampoco con su himno en torneos internacionales.

El caso de Afganistán

En Afganistán, la llegada al poder de los talibanes en 2021 supuso el borrado de las mujeres y las niñas de la práctica deportiva. El COI confiaba en que el comité olímpico local fuese una salvaguarda ante las medidas gubernamentales, pero en la práctica no parece posible. La participación en París corre peligro.

Un subterfugio empleado por las autoridades ha sido enviar a las competiciones internacionales solo a deportistas afganas que residen fuera del país. Pero el COI les ha pillado el truco y ha exigido que se incluya en las selecciones también a las residentes locales.

La exbaloncestista afgana Samira Asghari, miembro del ente olímpico, ha asegurado que su país es “una prisión” para las mujeres.