Indonesia se ha convertido en el epicentro de la pandemia en Asia por número de contagios diarios; y solo superada en el mundo por Reino Unido, en medio de una ola del COVID-19 que está asolando casi todo el Sudeste Asiático.

El sistema sanitario de Indonesia registró 44 mil 721 nuevos contagios y 1 mil 093 muertos por el nuevo coronavirus; el sistema de Salud está al límite debido a la avalancha de pacientes; y también padece una grave falta de oxígeno, un problema que también afecta a Birmania.

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En los últimos días Indonesia ha superado en número de contagios diarios a India, el principal foco de la pandemia en el continente, hasta ahora.

Se teme que el número real de contagios sea mayor en Indonesia debido al bajo número de pruebas que son 55,89 por cada millar de personas; comparadas con 318 en India o 3 mil 311 en Reino Unido.

Sanitarios afectados por los contagios en Indonesia

Los trabajadores sanitarios en Indonesia se están viendo especialmente afectados por la pandemia en medio de las dudas sobre la limitada eficacia de la vacuna china Sinovac.

Al menos 218 trabajadores sanitarios han muerto solo en lo que llevamos de julio. Es la cifra más alta en toda la pandemia, que ha causado 1 mil 439 fallecimientos en el sector sanitario desde el año pasado, según datos de la Asociación de Médicos de Indonesia.

Tailandia e Indonesia, cuyas campañas de vacunación se han apoyado gran parte en Sinovac, han aprobado dar a los sanitarios una tercera dosis de refuerzo con otros fármacos como AstraZeneca o Moderna.

Aunque la vacuna de Sinovac es efectiva en prevenir síntomas graves, los anticuerpos que produce en el cuerpo se reducen a la mitad cada cuarenta días; esto según un estudio publicado la semana pasada por el Centro Nacional para la Biotecnología y la Ingeniería Genética en Tailandia -Biotec- en Tailandia.

El ritmo de vacunación es lento en Indonesia, con solo el 6 por ciento de la población inoculada con la pauta completa, así como en otros países de la región, como Malasia (14 por ciento), Tailandia (4,9 por ciento), Birmania (2,9 por ciento) o Vietnam (0,3 por ciento).

Pandemia en redes llenas de temor por la situación política

En Birmania las redes sociales están llenas de llamadas agónicas de auxilio de pacientes de COVID-19; debido a la falta de oxígeno y la dificultad para ser atendidos en los hospitales bajo la represiva junta militar (esta tomó el poder tras el golpe de Estado del pasado 1 de febrero).

El precario sistema sanitario se encuentra debilitado debido a que miles de médicos y trabajadores sanitarios se unieron al movimiento de desobediencia civil; aunque siguieron atendiendo a pacientes en sus viviendas o a través de clínicas privadas.

Los sanitarios han denunciado que la junta militar, que ha matado a cientos de personas y detenido a miles, está acaparando las bombonas de oxígeno; además usando el COVID-19 como un arma contra la disidencia.

La junta militar, dirigida por el general Aung Min Hlaing, negó primero la falta de oxígeno y luego la reconoció. Pero alegó que era culpa de los ciudadanos acaparar bombonas, al tiempo que el oficialista Global New Light of Myanmar está hoy lleno de noticias propagandísticas sobre los esfuerzos para aumentar el suministro.