El Brexit y la recién estrenada batería de trámites burocráticos; introducidos para controlar los bienes que llegan a Irlanda del Norte desde el resto del Reino Unido; está provocando desabastecimientos en los supermercados de la provincia británica.

Cientos de productos, en su mayoría fruta, verdura o carne procesada, han desaparecido temporalmente, de las estanterías de algunos de los grandes supermercados, como Marks and Spencer, Sainsbury’s, Tesco o Lidl. Que tienen dificultades para adaptarse a las nuevas normas introducidas desde el pasado 1 de enero, con el divorcio definitivo entre Londres y la Unión Europea, o Brexit.

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“Es una situación difícil y compleja. Obviamente, es el resultado del llamado Protocolo de Irlanda del Norte. Por el que la región, aún siendo parte del Reino Unido, permanece alineada con las reglas del mercado único comunitario”, explicó Glyn Roberts, director de la asociación Retail Northern Ireland, que representa a 1 mil 800 comerciantes independientes y mayoristas.

Ese protocolo, incluido en el Acuerdo de Salida pactado por Londres y Bruselas en 2019; está diseñado para evitar una frontera dura entre las dos Irlandas tras el Brexit, clave para su proceso de paz y la economía de toda la isla.

De esta manera, Irlanda del Norte sigue sujeta a las normas aduaneras del mercado interior. Ello obliga a las autoridades a efectuar los controles correspondientes de mercancías procedentes de Gran Bretaña: Escocia; Gales e Inglaterra; en los principales puntos de entrada de la región, como los puertos de Belfast o Larne.

Brexit y la nueva montaña burocrática

El Brexit se traduce en una “montaña de nuevos trámites y papeleo” que está provocando “retrasos en la cadena de suministros, escasez de ciertos productos y considerables problemas para los transportistas y empresas logísticas”, lamenta Roberts.

Roberts indica que las interferencias en la cadena de suministro están afectando, sobre todo, a las grandes superficies; las cuales ofrecen, normalmente, unos 40 mil productos, si bien “en torno a 200 productos no están ahora disponibles”, como quesos o “pimientos españoles”.

Es el caso, por ejemplo, de Marks and Spencer, que para cada producto que transporta a Irlanda del Norte, unos 6 mil 500, necesita una “declaración aduanera individual”, un trámite burocrático que “se realiza en Belfast”, detalló un portavoz de esta cadena británica de supermercados.

Todos sostienen que la escasez de productos “empeorará” cuando finalice el próximo 31 de marzo el “periodo de gracia” otorgado por Londres y Bruselas, durante el cual se han eliminado algunos de los papeleos más engorrosos; que vendrán en el post Brexit.