Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, afirmó que la Santa Sede no ha pedido detener el proyecto de ley contra la homofobia en Italia. Mientras esta se debate en el Senado de dicho país y solo ha mostrado sus preocupaciones dentro de los canales diplomáticos habituales.

“De ninguna manera se ha pedido que se bloquee la ley. Estamos en contra de cualquier actitud o gesto de intolerancia y odio hacia las personas por su orientación sexual. Así como por su etnia o creencias”, subrayó este en una entrevista publicada por Vatican News.

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“Nuestra preocupación concierne a los problemas interpretativos que podrían surgir si se adoptara un texto con contenidos vagos e inciertos” añadió.

El secretario respondió así a la polémica surgida después de que se supiera que la Santa Sede pidió formalmente al Gobierno de Italia que revise algunos aspectos de este proyecto de ley.

Paul Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados, entregó una carta en la embajada italiana ante la Santa Sede para reclamar esos cambios según el diario “Corriere della Sera”. Sobre esto, el primer ministro, Mario Draghi, respondió recordando que Italia “es un Estado laico, no confesional”, y que su Parlamento es “libre de debatir”.

“Estoy totalmente de acuerdo con el primer ministro Draghi sobre el carácter secular del Estado y sobre la soberanía del Parlamento italiano. Por ello, se eligió el instrumento de la nota verbal, que es el medio adecuado de diálogo en las relaciones internacionales”, dijo Parolin. El secretario aseguró que: “No ha sido una interferencia”.

El Vaticano y el proyecto de ley

El Vaticano ha pedido a Italia que revise una serie de puntos del proyecto de ley contra la homofobia. Pues esta, a su parecer, viola el Concordato entre ambos Estados.

El cardenal italiano alegó que “hasta ahora el tema del Concordato no había sido considerado explícitamente en el debate sobre la ley”. La carta “quiso llamar la atención sobre este punto, que no se puede olvidar”.

Este proyecto de ley lleva el nombre del diputado progresista Alessandro Zan y puede convertirse en la primera norma contra la homofobia en Italia.

Dicha normativa persigue como delito de odio la “discriminación y violencia por motivos basados en el sexo, el género, la orientación sexual, la identidad de género y la discapacidad”.