Guatemala es muy amplia en cuanto a las manifestaciones de cultura popular, la cual encierra la tradición, el folklore, las artes, etc. Entre estas grandes manifestaciones se encuentra el arte popular de los juguetes tradicionales.
Los juguetes surgen como una necesidad de divertirse y aprender en forma lúdica. Para ello, la imaginación y creación de los artesanos chapines nos dan una amalgama de formas, tamaños, colores y texturas para entretener a los niños y contribuir con su desarrollo educativo.
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De acuerdo con Carmen Barrera en su libro: Los juguetes populares de Guatemala, estos contribuyen con la educación y con el desarrollo de la personalidad infantil, fomentando las facultades psíquicas motrices, afectivas y cognoscitivas.
El juguete popular o juguete tradicional, es una forma de expresión cultural porque coexiste en ello lo histórico (local o regional), la identidad cultural, el uso de materiales propios, lo utilitario, lo estético (arte popular) y pertenece a la cultura popular (Barrera M. Carmen C. 1995).
Sobre el origen de los juguetes populares o tradicionales de Guatemala se tiene muy poca información, algunos se podría decir que tienen orígenes prehispánicos como las pelotas de hule o las hondas, algunos otros juguetes tradicionales tuvieron un origen religioso en los cuales como ejemplo se cita las sonajas utilizadas para el rito de inicio sacerdotal, las matracas como instrumento de celebración religiosa, los títeres y muñecas que figuran rituales en diferentes culturas antiguas y en algunas culturas contemporáneas.
Juguetes populares
Entre la variedad de juguetes populares y tradicionales se encuentran: los cincos, también llamados ticos o canicas, trastecitos, tractorcito, tamborcito, capirucho, el zumbador o chicharra, pito, tambor, pelota, cuerda, bola de trapo, trencito, el trineo o resbaladera, honda, carritos de madera, el trompo o guazapas, matraca, las ceras o tipaches, espaditas de hoja de izote, los barriletes, cometas o papalotes, muñecas de trapo, tusa, olote, perinola, barcos y aviones de papel, chajalele, violinetas, zancos, columpio, aros para carreritas, serpentina, piedra de moler, chinchines, rehiletes, hules, espanta suegras y flauta de bambú entre muchos otros.
Todos estos juguetes son elaborados con diferentes materiales, como madera, bambú, caña, tela, tusa, cerámica, hojalatería, cartón, papel, plumas, etc. Y en algunos objetos los diferentes materiales los combinan. El valor de estos juguetes muchas veces es más emocional que económico, ya que forman parte de nuestra identidad.
Los preferidos de chicos y grandes
Pelota de tripa de coche
Se les conoce con este nombre porque se cree que, por un tiempo, fueron elaboradas tomando como base el intestino del cerdo (conocido coloquialmente como tripa de coche). Todavía es muy común encontrar en la calle a vendedores de estas pelotas que sin duda han de traer recuerdos de grandes momentos a nuestros padres y abuelos.
El Ronrón o Zumbador
Consiste en una pieza de bambú de unos 12 cm. de largo. Con un extremo abierto en forma de chaflán (corte sesgado) y el otro cerrado por un pedazo del intestino del cerdo. En el centro se coloca un cordel de henequén (fibra de maguey) anudado y asegurado con una cera negra. En la punta del cordel se coloca un agarrador que consiste en un palito de madera amarrado y bañado en brea. Esto hace que, al girar, el juguete produzca un fuerte zumbido. La decoración de este juguete se hace con plumas de colores, papel de china, anilina o pintura.
El Chajalele
Es un juguete popular compuesto de un objeto delgado y redondo, usualmente tapita o botón de ropa, que en su centro lleva dos agujeros ligeramente separados los cuales son atravesados con un hilo que luego se atan sus puntas. Al girarlo en su centro tirando de la cuerda por ambas puntas hace un sonido peculiar por la velocidad que toma. El juego consiste en reventar el hilo del contrincante. En el pasado los niños solían ir a las tiendas a pedir las tapitas de las aguas, las cuales aplastaban con un martillo o en el último de los casos con una piedra, incluso hay quienes cuentan que ponían las tapitas aplastadas sobre los rieles del ferrocarril para que cuando este pasara les hiciera filo en la orilla y así poder ganarle a su contrincante.
Los Cincos
Son pequeñas esferas compuestas principalmente de vidrio que se utilizan en diferentes juegos. Aunque existen muchas variantes, la esencia es casi siempre la misma: pegarle a la canica del oponente para quedarte con ella.
Las Tipaches: Aunque ya ha desaparecido en muchos lugares, este juego se hace con unos discos de 5 centímetros de diámetro hechos con cera de abeja. El juego consiste en enfrentarse a un oponente y tratar de darle vuelta a sus tipaches con las tipaches propias, al darle la vuelta completa el jugador gana una tipache del oponente. Los abuelos cuentan que antes iban a los bosques a buscar la cera de los panales. Había ciertas artimañas como hacer las tipaches algo abultadas. Meterles dentro una ficha para que pesara más o echarles brillantina para hacer rebotar las otras tipaches.
El Capirucho
Hace muchos años, los capiruchos se fabricaban utilizando los carrizos de madera que las abuelitas usaban para sus costuras. Fabricarlos era una odisea arriesgada, ya que consistía en agarrar un chaye que tuviera punta afilada y utilizar este para hacer el hoyo con forma de cono dentro del carrizo. Al tenerlo listo se atravesaba con un pedazo de cáñamo al cual se le hacía un nudo grueso que quedaba dentro del capirucho y en el otro extremo se amarraba a un palito.
A la hora de jugar, los más buzos eran aquellos que lograban acertarle 10 veces seguidas y rematarlo con la vuelta al mundo.