En la arqueología se encuentra la rama de la arqueomusicología, que es un campo especializado al estudio del fenómeno de la música en las culturas prehispánicas, en donde convergen dos disciplinas.
Por un lado, la arqueología, que es una ciencia que estudia, describe e interpreta las civilizaciones antiguas a través de los monumentos, las obras de arte, los utensilios y los documentos que de ellas se han conservado hasta la actualidad. Por otro lado, la musicología que se encarga del estudio científico o académico de todos los fenómenos relacionados con la música, como sus bases físicas, su historia y su relación con el ser humano y la sociedad.
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Si bien la arqueomusicología junta dos disciplinas, no se excluyen otros campos del conocimiento. También se vincula con otras áreas como la antropología, la etnomusicología, la organología y la acústica (G. Sánchez y V. Rodens, 2013).
El estudio de los instrumentos musicales, o bien la organología, se refiere al estudio de su historia, función social, diseño, construcción y forma de ejecución de un artefacto sonoro. La comparación de la información organológica que se puede obtener a través de la arqueología de campo, con la obtenida por medio de la iconografía, deja claro que las fuentes pictóricas son testimonio de la existencia de una amplia gama de instrumentos musicales que, al parecer, no sobrevivieron físicamente (Matthias Stöckli, 2004).
Música en la civilización maya
Los arqueólogos han concretado que existió la música en la gran civilización maya y por ende los instrumentos musicales. En muchos casos elaborados con materiales perecederos; creando un gran problema para su estudio. Esto por los materiales en los que los crearon, por la evidencia destruida por el tiempo, y por los cambios de la colonización. Algunas evidencias para su estudio son los relatos que se encuentran dentro de las escenas que plasmaron los mayas en sus códices y cerámicas.
Al analizar estas hermosas escenas podemos observar músicos así como sus instrumentos musicales. Tal es el caso de las pinturas murales de Bonampak, lugar de increíbles obras pictóricas que aún se encuentran bien conservadas.
Las pinturas están ubicadas en el Templo de los Murales en la Estructura I de Bonampak en la selva Lacandona del estado de Chiapas, México. En el Cuarto I de los Muros Norte aparecen varios músicos con diversos instrumentos musicales como trompetas, carapachos de tortuga, percutidos o fratados con astas de venado. También se pueden observar cinco personajes que tocan sonajas, una con cada mano; aparentemente están elaboradas de hule.
Estas escenas murales se encuentran nombres glifícos, que reciben el nombre o el título de “K’aayoom” que significa “el que canta” o “cantante” (Houston y Taube 2000, 276).
Proyecto Cuenca Mirador
En el Proyecto Cuenca Mirador se ha encontrado una variedad de silbatos, ocarinas y flautas. Estas hermosas piezas fueron elaboradas de cerámica, un material que, debido al tiempo y a su exposición al medio ambiente, es difícil su completa conservación.
Muchas de estas piezas son dibujas y analizadas por los miembros del Proyecto Mirador. Por ejemplo, la Ocarina encontrada por el arqueólogo Francisco López en el complejo arquitectónico Danta en el año 2013. Una hermosa pieza con un arte integrado muy peculiar.
La arqueóloga Vanessa Rodens, esposa del arquitecto Adelzo Pozuelos del Proyecto, está trabajando su tesis doctoral en base de la musicología antigua de los mayas, incluyendo la evidencia de la Cuenca Mirador.