Los dos entrenadores del momento se disputarán este sábado el trofeo más importante del mundo a nivel de clubes. Pep Guardiola, que ha ganado dos Champions, la última en 2011, y Thomas Tuchel, que aún no ha levantado el título, pero que llegó a la final la temporada pasada y al que solo el poderoso Bayern de Múnich arrebató la ‘Orejona’.

El alemán ha vuelto una campaña después al último escalón previo a la gloria. Y lo ha hecho de forma inesperada, puesto que en diciembre era despedido del París Saint Germain. No tardaron en lloverle las ofertas y, cuando quedó libre el banquillo del Chelsea, allí deshizo sus maletas. Le ofrecieron uno de los proyectos más estimulantes de Europa, por la inversión realizada en verano y por la juventud de la plantilla.

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Y no le costó implantar su estilo. Del desorden y la anarquía de Frank Lampard, con el que siempre estaba la duda de a qué jugaba el equipo, se pasó a una solidez; y una jerarquía que no se veía en Stamford Bridge desde los tiempos de Antonio Conte. De él recuperó la idea de los cinco defensas, una táctica que se convirtió en básica y se mostró efectiva; dejando la puerta a cero en 10 de los 12 primeros partidos que dirigió.

El nuevo Chelsea

A diferencia del italiano, Tuchel implantó una filosofía de amabilidad con todo el mundo, recuperando jugadores para la causa; y ganándose el favor de la directiva, a la que recompensó revalorizando futbolistas como Kepa Arrizabalaga y Marcos Alonso. Además de Jorginho, N’golo Kanté -que era transferible en verano-, y Andreas Christensen.

Su tarea pendiente y que sigue siéndolo al día de hoy es mejorar los registros de cara a puerta. El Chelsea, como ya se pudo ver en la semifinal contra el Real Madrid, es uno de los equipos que peor define, y lo es básicamente porque Timo Werner, en sus propias palabras, está viviendo la temporada “más desafortunada” de su vida.

La solidez defensiva del Chelsea ha evitado que la sequía de cara a gol haya provocado más problemas, pero por ella se escapó la final de la FA Cup y por ella tuvieron que estar sufriendo hasta última hora para meterse entre los cuatro primeros de la Premier.

Las armas de Guardiola

Guardiola llegará a Oporto sin saber lo que es ganar a Tuchel esta temporada, pero con la seguridad de haber creado una máquina casi perfecta, el pináculo de su etapa en Mánchester. El técnico español es el que mejor ha sabido leer el fútbol de la pandemia, aunque a ello ha ayudado mucho el hecho de contar con una de las plantillas más amplias y con más calidad del continente.

Leer el esquema de Guardiola es sencillo a priori, con su 4-3-3 característico, pero adivinar las piezas que utilizará es otro cantar.

Durante todo el año ha jugado con la idea del falso ‘nueve’, ante el bajo nivel de Sergio Agüero y la irregularidad de Gabriel Jesús. Ha confiado en meter arriba a jugadores como Phil Foden, Kevin de Bruyne e incluso Ferran Torres y siempre ha sacado rédito.

Su gran tarea por resolver de la defensa la desatascó Rúben Dias. Después de que el Leicester City les metiera cinco en casa en septiembre, fichó al portugués. Y unos meses después, ha sido elegido mejor jugador de la Premier. No solo es el jefe de la zaga, sino que ha hecho mejor a John Stones, que parecía fuera la campaña pasada, y ha reforzado a Aymeric Laporte.

Seguramente el duelo de este sábado no sea vistoso. No se verá un encuentro roto con decenas de ocasiones, pero será una bonita batalla táctica que alzará un campeón. ¿La pizarra de Tuchel o el pincel de Guardiola?