La laguna de Zaculeu, ubicada en la zona 9 de Huehuetenango, ha sido durante décadas un oasis de paz y belleza para los habitantes de la ciudad. Sin embargo, en los últimos años, este emblemático lugar experimeta un declive considerable. Presenta una notable disminución en su caudal.

La laguna, que no es natural, se alimentaba del rebalse de un proyecto privado de agua. Sin embargo, con el tiempo, este suministro se ha reducido considerablemente. De esa forma, ha dejado a la laguna en un estado de abandono y deterioro.

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Celerino Palacios, conocido como “Don Cele”, ha sido el guardián de la laguna durante muchos años. Junto a su familia y otros vecinos, conformó un comité para la defensa y preservación del lugar. Sin embargo, la falta de apoyo de las autoridades ha dificultado la tarea de mantener la laguna en buen estado.

“La laguna está agonizando”, afirma Don Cele con tristeza. “Antes era un lugar lleno de vida, donde la gente podía pescar, pasear en lancha o simplemente disfrutar de la tranquilidad del entorno. Ahora, solo queda un pequeño charco de agua contaminada”.

La Laguna de Zaculeu poco a poco se convierte en recuerdo

La laguna de Zaculeu guarda miles de recuerdos para los habitantes de Huehuetenango. Para muchos, era un espacio de recreación y esparcimiento. Un refugio para escapar del bullicio de la ciudad. Incluso, visitantes de otras partes del país y del extranjero se acercaban a este lugar para disfrutar de su belleza natural.

Sin embargo, la esperanza aún no se ha perdido. Con la construcción de un nuevo edificio de la Empresa Eléctrica Municipal y un centro comercial en los alrededores, se han hecho promesas de revitalizar la laguna.

Don Cele y el comité de vecinos esperan que estas promesas se cumplan y que la laguna de Zaculeu vuelva a ser el oasis que una vez fue. “Si alguien desea unirse a la causa de mejorar este lugar, puede contactarme al teléfono 53563050”, comenta Don Cele.

La laguna de Zaculeu es un símbolo de la identidad de Huehuetenango. Su rescate no solo es una cuestión de estética, sino también de preservar un espacio vital para la memoria colectiva y el bienestar de la comunidad. Es hora de que las autoridades y la sociedad civil se unan para darle a la laguna de Zaculeu la atención que se merece.

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