Las crecientes dudas acerca de la vacuna contra el COVID-19 de AstraZeneca amenazan la vacunción de millones de personas en América. Sobre todo en países con una oferta reducida de vacunas y que dependen totalmente de las dosis de la farmacéutica anglo-sueca.

Alemania, Francia, Italia y España y otra decena de países decidieron este lunes suspender de forma preventiva la vacunación con el preparado de la compañía. Ocurrió luego de la detección de varios casos de trombosis y el fallecimiento de una de las personas afectadas. Se trata de una trabajadora sanitaria noruega, hospitalizada tras recibir la primera dosis.

Lee también: COVID-19: Cuatro hospitales sobrepasan el número de pacientes críticos

En todo caso, los países que ya suspendieron la aplicación de la vacuna de AstraZeneca dejaron la decisión final en manos de la Agencia Europea del Medicamento (EMA). El próximo 18 de marzo emitirá un pronunciamiento concreto.

Venezuela desautoriza la vacuna AstraZeneca

Por su parte, la vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez, su sumó a los países europeos e informó que su país no autorizará el uso de la vacuna AstraZeneca por los efectos de este fármaco.

“Venezuela no dará permiso a la vacuna AstraZeneca para ser utilizada en nuestro país por los efectos que esta tiene en los pacientes”, dijo Rodríguez. Lo hizo al concluir una reunión con el director en el país de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Paolo Balladelli.

No tener más opción que continuar vacunando

Mientras tanto, Honduras inició este lunes la segunda jornada de vacunación con un lote de 48 mil dosis de AstraZeneca. También México, Argentina, República Dominicana, Guatemala, El Salvador, Brasil, Nicaragua y algunos territorios de las islas del Caribe siguen administrando las dosis de la farmacéutica.

Hay muchos países donde no hay “opción de ponerle pausa a la vacunación como sí pueden hacer los países europeos” afirmó a Efe Johnattan García Ruiz, profesor de la colombiana Universidad de los Andes y experto en salud pública.

Sobre todo, en aquellos que dependen del mecanismo Covax, de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Alianza Gavi para las Vacunas (Gavi). Casi el total de las 337 millones de dosis que pretende repartir a países de ingresos medios y bajos de todo el mundo en una primera fase son de AstraZeneca.

Solo en Centroamérica, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, y Honduras ya han recibido las primeras remesas de AstraZeneca a través de Covax.

En el caso de El Salvador, todas sus vacunas hasta ahora son de la farmacéutica anglo-sueca, de quien recibió 33 mil 600 dosis más la semana pasada gracias al mecanismo de la OMS.

Nicaragua espera recibir este martes 135 mil dosis de AstraZeneca de la misma iniciativa. Y Honduras inoculó las dosis de hoy también gracias a Covax.

La dependencia de estos países a la iniciativa de la OMS, y el no tener el privilegio de contar con un amplio abanico de dosis de otras compañías, convierten las sospechas sobre AstraZeneca en una amenaza para la inmunización de sus ciudadanos.

Zozobra por la vacunación

García alerta del peligro de que se genere una situación de “zozobra” que amplíe el miedo al efecto de la vacuna de AstraZeneca, con “el riesgo de que aumenten los movimientos de desconfianza frente a la vacunación y que aun cuando llegue la vacuna (los ciudadanos) prefieran no aplicársela”.

AstraZeneca afirma por ahora que se han examinado los datos de seguridad de más de 17 millones de personas que recibieron su vacuna en la Unión Europa y el Reino Unido. También que esta información “no ofrece ninguna prueba de un riesgo mayor” de eventos tromboembólicos.

Un parecer que respalda también la OMS. Esta semana pidió no ceder ante el pánico y volvió a recomendar a los países que continúen utilizándola.

“Por supuesto que debemos hacer un seguimiento de todo lo que ocurre, pero no hay motivos de pánico” declaró la científica jefa de la OMS, Soumya Swaminathan.

Dirigentes latinoamericanos han hecho otro llamado a la calma, como el ministro de Salud panameño, Luis Francisco Sucre, que pidió esperar a que “los científicos de cada país hagan su evaluación y análisis” y que la farmacéutica explique “si hay algún tipo de problema con su vacuna”.

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, aseguró por su parte que especialistas mexicanos ya investigan el tema, “y no se consideran riesgos en su aplicación”.

En República Dominicana, lejos de replantearse usar la vacuna, el presidente, Luis Abinader, le pidió el pasado viernes a su homólogo estadounidense, Joe Biden, que no bloquee los cargamentos de esa compañía y los envíe “con urgencia” a los países que sí la han aprobado.

Los contratos no se pueden tirar atrás

De todas formas, muchos de los países de América Latina tienen contratos firmados con la farmacéutica. Tal es el caso de Brasil, que ya confirmó la compra de 224.4 millones de dosis. Igualmente Colombia, que adquirió 10 millones y México 79.4 millones con el compromiso de producir la vacuna en el país.

Entre la lista también están:

  • Perú -14 millones-
  • República Dominicana -10 millones, más 110.000 producidas por India-
  • Nicaragua -200 mil-
  • Ecuador -5 millones-
  • Costa Rica -1 millón-
  • Argentina -23,5 millones-

Pero arrepentirse de la compra no es una opción. “No es que el país pueda rechazar la compra o arrepentirse. Lo que pueden hacer es recibir la vacuna y mantenerla quieta por un tiempo mientras se resuelve la situación y hay más información” añadió García.

La confidencialidad de los pactos entre gobiernos y farmacéuticas dificulta saber con detalle los acuerdos.

Por ejemplo “alguna cláusula que permita a los países salir del negocio por dudas sobre la seguridad o la eficacia de la vacuna”, según el experto.

Y añadió “uno esperaría que realmente el contrato esté diseñado para que no sea tan fácil de salirse ninguna de las dos partes, ni el laboratorio, ni los estados”.

El peligro está en que la presión mediática y de los ciudadanos, incitados por la desconfianza. La situación podría hacer que los países esperen un poco a avanzar con la primera etapa de vacunación. “Una situación compleja, porque lo que queremos es vacunar a la mayor cantidad de gente posible, en el menor tiempo posible” concluyó el experto.