Estamos en plena Cuaresma. Época en la que las tradiciones desbordan Guatemala: gastronomía, religiosidad, fiestas, flores, colores, destinos y un sinnúmero de expresiones que, aunque tengan sus variantes a lo largo y ancho de nuestro territorio, hacen única esta época del año.

Una de estas bellas tradiciones, sobre todo en los hogares católicos, es la elaboración de los tradicionales Huertos Cuaresmales.

Los huertos son, al igual que los nacimientos, representaciones de pasajes bíblicos o temas de la biblia, de acuerdo a esta época del año que constituye la Cuaresma y Semana Santa, y representan la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, para de una forma didáctica repasar los hechos por los que atravesó Nuestro Señor en su vida terrenal.

Para la elaboración de los huertos, los chapines utilizamos como elemento esencial, imágenes religiosas que representan los temas de pasión: Cristos como nazarenos, atados a la columna o Cristo del pensamiento, crucifijos con o sin ánimas, calvarios, yacentes, piedades, así como vírgenes dolorosas o soledades, cruces, ángeles, y animales como ovejas, por mencionar los elementos más usados y buscados, que al final nos ayudan a representar, de manera didáctica, los mensajes plasmados en la biblia.

Por supuesto, estas imágenes, pueden representar la herencia ancestral familiar o una compra reciente, existiendo piezas domésticas que son verdaderos tesoros, por el primor y calidad de su factura, habiendo de madera tallada y encarnada con finos óleos, de vestir o con sus ropajes tallados y dorados, de marfil, con joyas y accesorios de plata o latón, o bien pueden ser piezas más sencillas de yeso, arcilla, hasta resina e incluso pasando por el bronce o papel maché, pero no importando su manufactura, lo importante es lo que los ayudan a representar.

Para su elaboración, hay hogares que lo planifican con antelación, decidiendo el tema o pasaje a ilustrar y a partir de ahí, se decide qué materiales se necesitarán.

Hay casas que colocan su huerto desde el inicio de la cuaresma, hay otras que cada semana cambian la escena y hay otras que hasta el final de la temporada lo colocan para que esté en los “Días grandes” (Semana Santa).

Al final, lo importante es que esta es una manifestación de piedad popular doméstica, que une a las familias, pues desde chicos a grandes colaboran en la elaboración de esta escenificación.

Hay altares más tradicionales, que incluyen escenas diversas con figuras y diversos elementos que recuerdan a los grandes nacimientos.

Hay otros huertos que son tipo “altar”, pues más bien recuerdan los montajes que estamos acostumbrados a ver en los templos durante la temporada.

Dentro de los accesorios que nos complementan la elaboración de los altares o huertos, podemos encontrar telas moradas; fondos pintados que nos recuerden la escena bíblica principal; macetas con “milpitas”, que puede ser de semilla de chan, maíz amarillo o maicillo; serrín de colores, pues suele elaborarse pequeñas alfombras o bien para las montañas o paisajes; flores artesanales de papel, o naturales, como las tradicionales estaticias de todos colores: morado, lila, blanco, amarillo; corozo y sus vainas; trigo; candeleros con velas moradas o blancas, características de la época, y cualquier otro elemento, relacionado al arte religioso que la familia desee exhibir, pues en estos huertos siempre se aprovecha a lucir los pequeños tesoros con que cuentan, como antiguos trajes de cucurucho, reliquias de santos, medallas de hermandades y cualquier otro elemento que ayude a complementar estas bellas escenificaciones tradicionales en todo el país pero que, en cada región toman características propias, como el uso de textiles indígenas ceremoniales.

Los huertos cuaresmales, son parte de las tradiciones cuaresmales guatemaltecas declaradas Patrimonio Cultural de la Nación, así que ¡Mantén y conserva estas bellas tradiciones!