Las regiones italianas con menos casos de coronavirus han empezado a abrir sus museos y zonas arqueológicas al público.

Entre ellos, la Galería de Los Uffizi de Florencia, cerrada durante 77 días, el mayor periodo desde la II Guerra Mundial.

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En Los Uffizi, las primeras en acceder fueron una guía turística y una vecina florentina; acogidas por el director del museo, Eike Schmidt, quien se dijo “emocionado” tras un cierre tan largo que no se sufría desde la Segunda Guerra Mundial.

Actualmente seis de las veinte regiones del país se encuentran en “zona amarilla”; la de menos incidencia del virus: son Toscana; la provincia autónoma de Trento; Basilicata; Campania; Molise y Cerdeña.

Por eso ya están reabriendo las puertas de sus museos y otras instituciones culturales. Auténticos “símbolos” de Italia, según el ministro de Sanidad, Roberto Speranza.

También ha reabierto desde el pasado lunes el área arqueológica de Pompeya, a las puertas de Nápoles. Sus visitantes podrán así recorrer las calles de esta urbe sorprendentemente conservada tras la erupción del volcán que la sepultó en el año 79 d.C.

Y asimismo se podrá visitar la ciudad adyacente, Herculano, víctima del mismo desastre.

Otras instituciones que vuelven son el Museo Arqueológico Nacional de Potenza en Basilicata, el parque arqueológico de el Museo de Capodimonte y el Nacional de Nápoles, así como la Pinacoteca Nacional de Cagliari y de Sácer en Cerdeña, entre otros.

Pese a que los museos abren, las medidas que aún se aplican en estas regiones incluyen el cierre de los cines, teatros, salas de juego, discotecas, salas de concierto, gimnasios, piscinas, termas.

Por otro lado en todo el país sigue vigente el toque de queda de diez de la noche a cinco de la mañana y el cierre perimetral de todas las regiones y provincias autónomas, así como el cierre de bares y restaurantes a las seis de la tarde.