El exdirector de Pemex Emilio Lozoya llegó este viernes a México para responder ante un juez las acusaciones de varios casos de corrupción. Estos, amenazan con salpicar directamente a varios miembros del Gobierno de Enrique Peña Nieto.

Lozoya llegó en un vuelo especial de la Fiscalía General de la República, FGR, custodiado por agentes de la Interpol. El extitular de la empresa pública Pemex, 2012-2016, fue extraditado por las autoridades españolas.

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Tras una revisión médica luego de su arribo, fue necesaria su hospitalización. Se le detectó anemia, problemas en el esófago y una “debilidad general”. Según la FGR, eso pospondrá su comparecencia ante la justicia.

Como “testigo colaborador”, se espera que Lozoya destape múltiples casos de fraude y corrupción desde Pemex. Así lo declaró el presidente López Obrador. El caso es parte de la batalla anticorrupción del presidente; especialmente contra la sucesión de ilegalidades presuntamente cometidas por el Gobierno de Peña Nieto, como las reformas estructurales como la energética, abriendo el sector a la iniciativa privada tras décadas de monopolio estatal.

Emilio Lozoya, acusado de corrupción. (Foto: EFE)

Lozoya, economista y miembro de una familia con profundos lazos con el poder en México, fue detenido el 12 de febrero en Málaga, España, donde fue ubicado en un refugio para millonarios en la Costa del Sol, tras meses de estar prófugo.

Está acusado de un presunto fraude por  US$280 millones en compras dudosas y por haber recibido millones de dólares en sobornos de la constructora brasileña Odebrecht cuando fue director de Pemex.

Provocará un “temblor político” en el país, dijo Ricardo Monreal, líder del oficialista Movimiento Regeneración Nacional -MORENA-. Las acusaciones contra Lozoya pueden enterrar definitivamente la muy maltrecha figura de Peña Nieto y de su Gobierno.