Los preparativos, para estas fiestas atípicas de Independencia, están a todo vapor. A pesar que no se tendrá el tradicional fervor y algarabía popular.
Por ello, se ha dispuesto de un gran dispositivo de seguridad, para garantizar la seguridad y salud de la población. Se han colocado vallas perimetrales en los alrededores de la plaza central, aunque aun se permite el paso, cosa que no será así en horas de la tarde.
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El Parque Centenario luce desolado y vacío por el cerramiento; solo se ven las ventanas arqueológicas que la Municipalidad capitalina inició para encontrar vestigios del Real Palacio, donde se firmó la independencia.
En la Plaza de la Constitución, trabajadores clavan tela negra en los pisos, para ocultar las pintas donde manifestantes piden cuentas al gobierno. Además se ha circulado con mucho respeto y dignidad, las cruces que denuncian las muertes de las niñas del Hogar Seguro.
Por su parte, en el Palacio Nacional de la Cultura, personal de mantenimiento colocaba en el balcón principal un toldo improvisado, respetando el valor patrimonial del edificio. En ese mismo sentido, las banderas que cuelgan de las torres de la fachada principal, son de un material sumamente liviano, para no dañar los recientes trabajos de restauración que se hicieron.
El perímetro es custodiado por agentes de la PNC y Policía Militar, PM. En calles aledañas, alumnos de la Escuela Politécnica esperan en microbuses el llamado para vestirse de gala; su participación es tradicional en los actos de Independencia.
Por lo pronto, por la situación sanitaria por la pandemia del COVID-19, el único público que asistirá a los actos de esta tarde, serán las palomas de la plaza, y los pocos invitados que se han anunciado. La tradicional lectura del Acta de Independencia, estará a cargo del Gobernador Departamental y se realizará la izada de la bandera.