Las autoridades investigan el asesinato de un piloto en el Centro Histórico de Quetzaltenango la noche del 15 de enero, en un ataque armado directo. El ahora fallecido tenía antecedentes por narcotráfico.
Este hecho vuelve a poner sobre la mesa el tema de la seguridad en el transporte público y ha generado un llamado urgente por parte de los transportistas para reforzar las medidas de vigilancia.
El piloto asesinado es Marlon Wosvelly López Girón, de 32 años. La gobernadora de Quetzaltenango, Mayra López, confirmó que el asesinato fue un ataque directo relacionado con actividades ilícitas. Según los registros policiales, López Girón contaba con antecedentes penales por posesión de drogas.
Ante este nuevo episodio de violencia, los transportistas del servicio urbano se reunieron con la gobernadora. Exigieron mayor presencia policial en las paradas de buses. Los propietarios de las unidades aseguraron que el ataque no se trató de una extorsión, sino de un ajuste de cuentas relacionado con las actividades ilícitas del piloto fallecido.
IDENTIFICAN A FALLECIDO | Como Marlon Wosvelly López Girón, de 32 años, originario de Ayutla, San Marcos, es identificado por las autoridades el hombre asesinado a balazos anoche en la 8a calle, entre 11 y 12 avenida de la zona 1 de Xela.
📲📷La Voz de Xela / Leonel Rodas pic.twitter.com/hfohShwl0X— La Voz de Xela (@lavozdexela) January 16, 2025
Asesinato de piloto en Quetzaltenango evidencia problemática
Sin embargo, la falta de control en la contratación de pilotos y ayudantes ha sido señalada como una de las principales vulnerabilidades del sistema de transporte público. A pesar de los llamados de las autoridades para establecer un registro de los conductores, los transportistas se han mostrado reticentes a implementar esta medida.
La inseguridad en el transporte público es una preocupación constante para los habitantes de Quetzaltenango. La presencia de personas con antecedentes penales al volante de las unidades colectivas genera un clima de incertidumbre y pone en riesgo la vida de los pasajeros.
Este nuevo hecho de violencia ha reavivado el debate sobre la necesidad de tomar medidas drásticas para garantizar la seguridad en el transporte público. Las autoridades locales y los transportistas deben trabajar de manera conjunta para encontrar soluciones a esta problemática que afecta a toda la comunidad.
